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El tren de temporales barre lonjas y pescaderías de producto fresco

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

JOSE PARDO

De una semana a otra, el producto ha subido alrededor de dos o tres euros, aseguran las placeras

03 abr 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

Un martes cualquiera del calendario es fácil que en la Lonxa da Coruña se pongan a subasta «50 ou 60 toneladas de peixe», explica el jefe de sala, Nacho Iglesias. Pero el de ayer no fue un martes cualquiera. Era un martes que venía después de una cadena de festivos y, sobre todo, de una larga cadena de temporales que han dejado vacías lonjas y pescaderías.

Por eso puede que incluso raye en la exageración decir que se rularon 15.000 kilos en el Muro. El peso que sumaba la xarda de dos arrastreros de litoral y poco más. Y no parece que vaya a mejorar la cosa en los próximos días, dadas las previsiones meteorológicas. A la lonja coruñesa ayer llegó un camión con las capturas de dos barcos de Gran Sol, pero con unas 300 cajas de merluza y rape —sobre todo, de esto último— y, tal y como estaba la jornada, no parecía que fuese a haber mucho más. La mayoría de la flota del cerco está en Cantabria y el País Vasco, en las costeras de la xarda y la anchoa. Y los arrastreros se han trasladado a Santander y a Gijón, aunque tampoco «é que estean pescando moito», apunta Iglesias. En el sector profesional empieza a cundir la desesperación. «Dende novembro non houbo un mes no que a flota non estivera parada unha semana», se lamenta.

Y ese vacío de cajas en la rula se traduce en las pescaderías en muchos huecos con hielo y sin producto. Suplen la falta de pescado de proximidad con variedades de piscifactoría, en algunos casos, y lo poco de bajura que puedan conseguir. Poco y caro, por supuesto.

Dos euros y 3 de subida

María Mayán abrió ayer su puesto del mercado de Ribeira «co pouco que collín». Casi todo producto «dos aparellos», barcos de artes menores que faenan al abrigo de la ría. Chopo, lenguado, sargo de varios tamaños y acedía. Marisco, el que ofrecían las depuradoras: un poco de berberecho, de almeja y mejillón. Dice que de una semana a otra se ha notado una subida de dos euros en la mayoría de las especies. El chopo que la semana pasada vendía a 12, lo tenía ayer a 14. Más se encareció la acedía: de 22 a 25; el lenguado estaba ya a 29...

La revalorización del chopo también la notó Manoli Martínez, de Pescados Portosín, que vende en la plaza de abastos de Noia. Si antes de Semana Santa vendía el cefalópodo a 10 o 12 euros, ahora ha pasado a despacharlo a 15 euros el kilo. Martínez también abrió ayer su puesto, pero «con poca mercancía». Como quiera que de piscifactoría solo trabaja el salmón, llenó los huecos con producto «de almacén», el que surten frigoríficos que distribuyen alas de raya, colas de rape y otros procesados de pescados de altura, a lo que sumó un poco «gallo de Burela» y merluza del pincho, que es la que vende. También en esta especie ha apreciado la subida de precios. «Estaba barata hace dos semanas, pero en Semana Santa volvió a subir». Ayer la vendía a 15 euros.

Lo peor de todo es que «esto no tiene visos de mejorar». Esta semana no parece que vaya a mejorar el tiempo «y para la que viene, tampoco», asegura. Lo escuchó de boca de unos marineros que andaban por la plaza, dado que «al mar no pueden ir».

Las quejas se extendían al sur de la ría de Arousa. María Sabarís, peixeira en Vilagarcía se quejaba de que en la lonja, ayer «no había nada. Aunque lo quisieses pagar, nada de nada. Falta de todo... Ni jurelitos, ni xouba, ni rapante, ni lenguado...» Los precios han subido, pero Sabarís señala que es normal, porque «venimos de la Semana Santa, hubo poco, y lo poco que hubo fue caro, claro». No duda tampoco que hoy, en la plaza de Vilagarcía «va a haber muy poca cosa, el tiempo sigue estando horrible».

Tampoco en la franja cantábrica parece que esté mejor la cosa, a tenor de lo subastado el lunes en un puerto como Celeiro, que ruló un poco de abadejo —para mucho tampoco da la exigua cuota que tiene la flota—, lubina, sargos, sanmartiños, lenguados, salmonetes y algún que otro escacho.