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Los 26.250 kilos de bolitas de plástico que salpican Galicia «non son tóxicos»

M. López / A. Urgorri / A. F. Cuba / D. Vázquez / M. Gómez / L. Rey / L. Castro / M. Gago / A. Martínez / B. Suárez / E. Abuín / S. Serantes REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

MANUEL CANDAMO

La Fiscalía General del Estado considera que «presentan indicios de toxicidad», y ya hay más de 30 municipios afectados por un vertido muy complicado de limpiar

09 ene 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

El mar continúa arrastrando a las costas gallegas y del occidente asturiano bolitas de plástico que transportaba el mercante Toconao en uno de los contenedores que perdió hace un mes, en el Atlántico, a la altura de Viana do Castelo (Portugal). Hasta última hora de este lunes, salpicaban decenas de playas en al menos 30 municipios, entre la localidad pontevedresa de Nigrán y la lucense de Ribadeo. Sencillo retirar los sacos si están enteros, muy complicado limpiar los pélets esparcidos, porque son minúsculos y, por si fuese poco, se mezclan con la arena y las algas.

Públicamente no hay información sobre las cantidades recogidas desde que el 13 de diciembre aparecieron en Ribeira los primeros. Ahora sí se sabe el alcance que podría tener el vertido. Citando la información facilitada por el abogado de la naviera Maersk, responsable del Toconao, la Delegación del Gobierno en Galicia revela que el contenedor transportaba 1.050 sacos de 25 kilos cada uno, con lo cual suman 26.250 kilos.

Por tanto, pulularían por el mar, entre aguas, decenas de millones de bolitas con una medida individual menor de cinco milímetros. Para contextualizar la marea de plástico que trae en vilo a Galicia y, de momento, también a Asturias, un reciente informe de la Comisión Europea apunta que cada año se pierden en el mundo entre 52.000 y 180.000 toneladas por manipulación incorrecta o incidentes como este.

Además de ese contenedor, al mercante de bandera liberiana le cayeron al mar otros cinco, llenos de rollos de papel film, neumáticos, barras de aluminio y pasta de tomate.

Ante la preocupación por la composición de las bolitas de plástico, por el posible riesgo directo para el medio marino y la salud humana, un análisis encargado por la Xunta concluye que «non son tóxicas nin perigosas», en palabras de Ángeles Vázquez, conselleira de Medio Ambiente. En base a un informe del Centro Tecnológico de Investigación Multisectorial (Cetim), con sede en Culleredo, asegura que son de tereftalato de polietileno, conocido como PET, un tipo de plástico de la familia de los poliésteres que se emplea para fabricar envases de bebidas y de aceites o fibras textiles.

Aun así, el Concello de A Coruña ha enviado muestras a analizar y el BNG ha solicitado oficialmente a la Xunta que divulgue públicamente el suyo, además de ponerlo a disposición del Parlamento autonómico.

Si bien de momento «nos centros de recuperación da consellería non temos ningunha mostra nin alerta de peixes nin aves afectadas», Ángeles Vázquez admite la conveniencia de recoger el máximo posible cuanto antes para que los animales marinos «non inxiran» unas bolitas que pueden confundir con huevas de peces.

Desde que el pasado 3 comenzó la segunda oleada de la marea de plástico, cientos de personas han participado en la limpieza. Por un lado, empleados municipales, ya que les compete a los concellos retirar esos residuos. Por otro «200 efectivos» de la Xunta, según Alfonso Villares, conselleiro de Mar. También cientos de voluntarios, sobre todo el domingo, aunque este lunes se repitieron recogidas.

Mientras tanto, Xunta y Gobierno central mantienen su tira y afloja por el apoyo estatal en la limpieza. El Estado ofreció ayuda, pero ahora la condiciona a que se eleve a nivel 2 el plan autonómico de contaminación marina, pero el Ejecutivo gallego no lo considera necesario.

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La Fiscalía General del Estado investiga un posible delito medioambiental y Portugal intenta aclararlo

Desde el pasado día 4, cuando comenzó a extenderse la marea de plástico desde Barbanza hacia A Costa da Morte, la Unidad Especializada en Medio Ambiente de la Fiscalía General del Estado abrió un expediente de seguimiento y ahora, diligencias para aclarar posibles responsabilidades penales.

Una voluntaria limpiando de pélets la playa coruñesa de O Portiño
Una voluntaria limpiando de pélets la playa coruñesa de O Portiño ANGEL MANSO

Citando el auto preprocesal, la Cadena Ser transmite que el fiscal considera que las bolitas de plástico «presentan indicios de toxicidad», además de que «no son biodegradables»

Del presunto delito, si lo hubiera, sería responsable la naviera, Maersk, porque ha sido el mercante que fletó donde se perdió la carga, apuntan distintas fuentes. Según la Delegación del Gobierno, el abogado de Maersk les comunicó que habían contratado técnicos especializados para seguir el vertido y que se había puesto a disposición de las autoridades «para o pago dos custos dos labores de limpeza e para colaborar no necesario».

España también ha solicitado a Portugal toda la información sobre la pérdida de parte de la carga del Toconao, un incidente que según el Ejecutivo español sucedió a unos ochenta kilómetros al oeste de Viana do Castelo. Citando fuentes de los guardacostas portugueses, una emisora de radio informaba este lunes de que no había pruebas. De cualquier modo, la Fiscalía de Portugal abrirá una investigación con el objetivo de aclarar y depurar responsabilidades.

Desde Galicia, el colectivo Ecoloxistas en Acción ha anunciado que acudirá al juzgado de Noia para interponer una querella contra la naviera propietaria del buque que provocó el vertido. Considera que Maersk podría ser responsable de un delito contra el medio ambiente y los recursos naturales.

Adega, ante «a importante extensión acadada pola marea» de plástico, considera urgente que la Xunta active el nivel 2 del plan de contaminación marina. Así, razona, «poderase solicitar» al Estado apoyo con barreras anticontaminación para intentar frenar la llegada de pélets a la costa.

Basura marina que supone un peligro para aves y peces por el tamaño de los pélets

En el Instituto Español de Oceanografía (IEO), el equipo de Jesús Gago, oceanógrafo químico, investigador y coordinador nacional de los trabajos en Basuras Marinas, ha empezado a trabajar con los pélets que recogieron el fin de semana en la ría de Vigo. Para empezar, tratan de determinar la composición de esas bolas de plástico para poder valorar el grado de toxicidad. Gago explica que el problema no está en el material —porque tipos de plástico hay una docena— sino en los aditivos que tienen, que pueden ser unos 10.000 y muchos de ellos son antimicrobianos o antifungicidas, son sólidos persistentes, no son biodegradables...

Gago señala que habría que empezar por pedir información a la empresa sobre la composición del material y los aditivos que pueden tener y controlar la posible deriva de los pélets vertidos, para lo que el grupo está en contacto con otros investigadores que analizan esa ruta. Retirarlos cuando están en el agua, explica Santiago Parra, biólogo del Oceanográfico de A Coruña, es mucho más fácil que cuando se mezclan con la arena.

ANA GARCÍA

Aunque no hay evidencias de que los plásticos puedan tener impacto directo en la salud humana, Gago señala que «preocupante si que é». Primero porque hay toneladas de basura en las playas, de difícil gestión, además. Y porque al ser ingeridos por las aves estas pueden morir por asfixia ante la dificultad de tragar. En cuanto a los peces, también pueden ingerirlas los más grandes y a esos se les suele retirar el estómago antes de consumirlos.