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Un chip genético permite saber si un mejillón es o no gallego

E. A. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Martina Miser

Investigadores de la USC y de AZTI destacan que esa herramienta genética puede contribuir a la explotación sostenible de estas especies, a evitar el fraude comercial y a garantizar la trazabilidad.

28 jun 2023 . Actualizado a las 04:48 h.

El Mytilus galloprovincialis no es exclusivo de Galicia. De hecho, no se denomina mejillón gallego, sino mediterráneo. Se encuentra en Namibia, en Angola, en Galicia, en las islas británicas... Pero si crece en las rías gallegas tiene características especiales. No, no se trata del sabor, tamaño o color. Se trata de la raza. De los genes. Del mismísimo ADN.

Porque el mejillón, si es gallego, tiene 17 marcadores específicos que permiten distinguir si su origen. Y con muy alta precisión. Lo saben en la Universidad de Santiago de Compostela (USC); en AZTI, el centro tecnológico vasco, y en el Instituto de Investigacións Mariñas (IIM), del CSIC, por las investigaciones que han hecho en el marco del proyecto europeo Seatraces, que trata de poner freno al fraude en el etiquetado y servir de barrera a la pesca ilegal al dotar a los productores de herramientas que les permitan acreditar el origen de los productos del mar.

Después de analizar más de doscientas muestras de mejillones de diferentes orígenes geográficos han encontrado esas 17 diferencias que han permitido a los investigadores de la USC y de AZTI desarrollar un chip genético que permite detectar si esos 17 rasgos diferenciales del Mytilus galloprovincialis que se produce en Galicia están presentes en el ejemplar concreto de que se trate. Eso provee a los productores e investigadores expertos una poderosa herramienta genómica que permite identificar, validar y evaluar rasgos genéticos complejos en esta especie.

Esa garantía de protección adquiere especial relevancia cuando la producción mundial de mejillones supera los dos millones de toneladas y mueve 4.519 millones de dólares, según la FAO. Y más cuando representan el 34 % de la acuicultura de la UE y de Galicia sale el 97 % de los que comercializa España.

Los resultados son importantes para comprender la dinámica genética de las poblaciones de mejillones cultivados y evaluar la efectividad de las prácticas de manejo y selección en la acuicultura. También proporcionan información valiosa para el desarrollo de estrategias de conservación y mejora genética de esta especie de importancia económica y ecológica. «Rastrear el origen geográfico de esta especie es crucial para el desarrollo e implementación de estrategias de manejo para mitigar la invasión y proteger la explotación sostenible de especies nativas», explica Ane del Río, investigadora de AZTI experta en integridad alimentaria.

Asimismo, contribuye a aumentar la confianza del consumidor, pues «los productores pueden emplear estos marcadores genéticos para certificar la procedencia de sus productos», señala. Además, las autoridades alimentarias pueden utilizar esta información para garantizar el cumplimiento de las regulaciones de trazabilidad y seguridad alimentaria», añade Ane del Río.