La Guardia Civil busca a un expreso pakistaní por el asesinato de los tres hermanos en Morata de Tajuña

Melchor Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Un trabajador funerario en el lugar donde se encontraron los cuerpos de los tres hermanos en la vivienda de Morata de Tajuña
Un trabajador funerario en el lugar donde se encontraron los cuerpos de los tres hermanos en la vivienda de Morata de Tajuña SERGIO PEREZ | EFE

El asiático, que recuperó la libertad a inicios de enero y que fue inquilino en la casa de los Gutiérrez, agredió a martillazos el pasado verano a una de las hermanas por desavenencias económicas

22 ene 2024 . Actualizado a las 11:51 h.

El triple asesinato de los hermanos Gutiérrez Ayuso, cuyos cadáveres fueron encontrados con signos de violencia y semicalcinados el jueves en su domicilio de la localidad madrileña de Morata de Tajuña, sigue lleno de interrogantes. La hipótesis principal -que no única- con la que sigue trabajando el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil 24 horas después del macabro hallazgo es el ajuste de cuentas por deudas. Y en esa línea, los agentes tiene una prioridad absoluta: localizar al ciudadano pakistaní que hace algunos meses fue inquilino de la familia en una habitación de la casa donde aparecieron los cuerpos y que ya mantuvo varios encontronazos por los fallecidos a cuenta de las supuestas deudas que los Gutiérrez habían contraído con él.

Este ciudadano asiático, al que en el pueblo conocieron como El negro, el pasado verano llegó a agredir a martillazos a los hermanos, según testigos presenciales, después de que estos se negaran a pagarle los 60.000 euros que le habían prometido por haberles prestado una cantidad cercana a los 30.000 euros meses antes. Las mujeres no denunciaron aquellos hechos, como tampoco otras supuestas amenazas de prestamistas de la zona a los que también debían grandes cantidades de dinero con la aplicación de intereses de usura.

Según fuentes de la investigación, en todos los casos la que embarcó a los Gutiérrez Ayuso en la vorágine de deudas fue la menor de la familia, la anticuaria Amelia (de 68 años), que tenía una fuerte influencia sobre sus dos hermanos: la maestra jubilada Ángeles (de 70) y Pepe (72), que sufría una minusvalía mental. Los tres siempre habían vivido juntos.

Fue Amelia la que en el 2015 se enamoró de Edward, un falso militar estadounidense supuestamente destinado a Afganistán, al que, según fuentes de la investigación, llegó a enviar cerca de 400.000 euros durante estos ocho años como respuesta a todo tipo de peticiones, aunque la mayoría eran para desbloquear los trámites sucesorios para cobrar una herencia de siete millones de dólares, que el militar iba a compartir con Amelia. Algunas veces, incluso, la mujer llegó a remitir remesas de 30.000 euros de una tacada, como cuando los hermanos vendieron la casa familiar en el distrito de Ciudad Lineal en Madrid.

Usura del 100 %

Pero lo cierto -apuntan mandos de la investigación- más allá del paquistaní, la lista de sospechosos es amplia ya que los Gutiérrez no dudaron en, al menos, intentar «contactar» con algunos de los prestamistas más «agresivos» del centro peninsular, convencidos de que el inminente cobro de la herencia del militar estadounidense les iba a permitir devolver en cuestión de semanas préstamos de usura del 100% en cuestión de semanas.

Lo que es seguro es que su entorno familiar, de allegados y de vecinos a los Gutiérrez ya no les quedaba nadie a quien pedir dinero para enviar al falso capitán. La familia de los tres hermanos tanto en Zaragoza como en su pueblo de origen -Torres de Juan Abad, en Ciudad Real- había roto relaciones con los asesinados ante la negativa de Amelia a escuchar que estaba siendo víctima de una conocida estafa.

Entre tanto, la Guardia Civil espera que la autopsia que este viernes se realizó a los tres cadáveres en el Instituto de Medicina Legal de Valdebebas, en la ciudad de Madrid, pueda revelar algún dato más.