Las croquetas «rock and roll» del Orzán

Maruja Campoviejo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Guillermo Ramos, chef y propietario del restaurante Chícharo en la calle Socorro de A Coruña
Guillermo Ramos, chef y propietario del restaurante Chícharo en la calle Socorro de A Coruña CÉSAR QUIAN

El sabor y cremosidad de las delicias que prepara Guillermo Ramos ha corrido de boca en boca para mayor gloria y fama de su local, el Chícharo de la calle Socorro

31 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«Sí, rock and roll tienen», resume Guillermo Ramos, cocinero del Chícharo en la calle Socorro de A Coruña. Se refiere a una de las delicias que prepara. Hace un añito que abrió el restaurante en el Orzán y el sabor y cremosidad de sus croquetas ha corrido de boca en boca para mayor gloria y fama del local.

No, no tienen los guisantes que dan nombre al negocio. Son de cigala. «Han tenido muy buena acogida», reconoce satisfecho por una receta cuyo secreto está «en un buen caldo, tirando de la herencia de la cocina tradicional», explica un chef que confiesa beber de las bases de la gastronomía de siempre, pero añadiendo «un punto de refresco» y al que también le gusta jugar con la fusión de sabores y culturas. Eso y nunca renunciar al ingrediente fundamental: materia prima «con un punto extra más de calidad».

«El nuestro es un restaurante para compartir», añade Guillermo, quien define su carta como «un poco ecléctica». Así, junto al «grupillo» de platos idóneos para picotear, «hay cosas de cocina tradicional muy básicas», como un guiso de paletilla de cerdo de castañas o un bacalao confitado, junto a otras más innovadoras o de fusión, entre las que cita el tiradito estilo peruano, los baos asiáticos o el tataki japonés. Eso, por mencionar solo algunas de las especialidades de la propuesta culinaria de un cocinero que, aunque joven, tiene ya una carrera con recorrido. Entre los muchos fogones que conoce de cerca se encuentran los del restaurante Disfrutar de Barcelona, considerado el mejor de Europa y el segundo del mundo. Con esa escuela, en sus platos Guillermo Ramos siempre mete «algo de estrella Michelin para ir refrescando la cocina», dice el autor de las croquetas que más y mejor bailan en el Orzán.