Despedidos de Adegas Galegas vigilan por turnos la empresa para garantizarse las indemnizaciones

L.Míguez

VIGO

06 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Vigilando su futura indemnización. Por eso hacen turnos los empleados de Adegas Galegas ante la puerta de la firma, en Salvaterra. Los cerca de veinte trabajadores decidieron ayer apostarse en la entrada para evitar que personas ajenas o relacionadas con la bodega puedan sustraer efectos de las instalaciones. No lo hacen por celo profesional, sino para evitar que los bienes susceptibles de embargo vuelen. Vigilar que no pase es el modo de garantizar que algún día cobrarán los cerca de 500.000 euros que les adeudan en concepto de sueldos atrasados e indemnizaciones por despido.

Así lo ratifica la sentencia a su favor que acaba de ver la luz. Los afectados decidieron presentar una demanda por rescisión de contrato después de los problemas para recibir su salario. Pese a que los denunciados tenían cinco días para recurrir, el abogado de la firma ya se ha presentado para ratificar el fallo del juez, según apuntan los trabajadores.

La medida implica que la situación tenga la misma consideración que un despido improcedente, por lo que cada uno de ellos recibirá un total de 45 días de sueldo por año trabajado. Además, deben cobrar los salarios de los últimos cinco meses, en los que han estado trabajando sin percibir sus ingresos habituales.

Enfrentamiento

La polémica situación se arrastraba desde hacía tiempo, cuando los problemas económicos de Adegas Galegas y Galiciano se hicieron palpables. Sin embargo la situación se caldeó en la noche del miércoles, cuando responsables de la firma se personaron en la zona. «Un dos responsables chegou case de noite, o que deixa claro que non tiña boas intencións, e comezou a cambiar todos as fechaduras», recuerda una de las responsables sindicales.

Al otro lado de la puerta quedaban, entre otras cosas, efectos personales de los empleados. Además, ordenadores, archivadores y material de oficina que, según los afectados, fue retirado ya, junto a parte de la cosecha del año pasado y la completa de este. «Co viño que hai, tanto embotellado como aínda sen embotellar, xa chega para pagarnos as indemnizacións, por iso no queremos que ninguén o saque. O seu valor debe rondar os 600.000 euros no mercado», recalcaban los trabajadores de la firma vinícola, con la que ayer fue imposible contactar. Para defenderlo ayer llegaron a llamar a la Guardia Civil, que levantó acta de los bienes que se estaban retirando. La previsión de los trabajadores es que puedan solicitar un permiso para entrar en el interior y retirar sus pertenencias. «Quedou algo de ropa e cousas, porque nós seguimos vindo a traballar aínda que non cobrabamos», recuerdan los afectados.

Según su asesor legal, los trámites para proceder a un embargo de los bienes podrían comenzar en unos veinte días, por lo que los empleados han decidido establecer turnos para garantizar que no se realizan saqueos ni traslados del material.