Una funeraria de O Porriño ofrece joyas con cenizas de los difuntos

Luis Carlos Llera luiscarlos.llera@lavoz.es

VIGO

Hace tres meses puso en marcha este nuevo servicio.

22 oct 2009 . Actualizado a las 14:50 h.

El negocio funerario cada vez está más complicado. Ya no existen territorios exclusivos para cada empresa. Todas pueden operar en cualquier localidad. Desaparecieron los monopolios. Por eso algunas pompas fúnebres se la ingenian para ofrecer algo distintos a los clientes. Es el caso de la Funeraria Galega, Funyserga, ubicada en O Porriño.

La directora comercial de la funeraria, María Eugenia Vilas López, acude a muchas ferias internacionales del sector y está al tanto de todas las novedades. Hace tres meses puso en marcha un nuevo servicio. La funeraria ofrece joyas que contienen las cenizas de los seres queridos. Por ahora la empresa comercializa solamente tres tipos de colgantes fabricados en plata. Se puede escoger entre un relieve de un ángel, otro de una paloma de la paz y un tercero que representa a una rosa. Después de la incineración, la familia recibe una urna con los restos de su ser querido y la joya que contiene parte de las cenizas. El colgante cuesta 140 euros y la persona que lo luce puede así llevar los restos de su familiar al lado del corazón. La primera clienta ha sido una mujer cuyo marido falleció hace treinta y cinco años. Ahora ha exhumado sus restos y las cenizas las llevará siempre con ella. El único riesgo es que la roben el colgante, pero este tipo de tirones no son frecuentes. Otras tres vecinas de O Porriño se han interesado por esta novedad en joyería.

La directora comercial de Funeraria Galega y copropietaria de la empresa, María Eugenia Vilas, señala que por ahora sólo tienen colgantes de plata porque los de oro costarían más del doble. «Nuestros diseños sirven tanto para una persona religiosa como para otra más laica», señala.

Existe también la posibilidad de encargar un diamante elaborado con las cenizas o con el cabello de un ser querido. Pero el coste se dispara por encima de los tres mil euros para un brillante de tamaño mínimo. Así que por ahora no tiene demanda de este servicio.

Otro producto curioso es la urna ecológica. Por ahora no las han pedido al fabricante porque en O Porriño el 90% de las personas depositan los ceniceros en el cementerio. Estas urnas ecológicas han sido pensadas para las personas que quieren arrojar los restos de sus seres queridos al mar. «Todos nos pensamos que la gente arroja al mar sólo las cenizas, pero se ha descubierto, que muchas personas tiraban los restos dentro de la urna de metal o cerámica. Por eso se han diseñado los recipientes biodegradables». Estas vasijas se fabrican con arena prensada, que se disuelve poco a poco en contacto con el agua, sin causar daños medioambientales.

María Eugenia Vilas y su hermana Natalia, que es la gerente, se hicieron cargo de la funeraria que adquirió su padre en el año 1975. No disponen de tanatorio propio pero mantienen acuerdos con todos los de la zona. María Eugenia comenzó a trabajar en la funeraria con 14 años y después de tantos años en el negocio «puedo dormir una siesta dentro de una ataúd si hace falta. Por mucho yuyu que te de la muerte, no la puedes evitar».

Vilas explica que en O Porriño casi todos los vecinos son propietarios de nichos. Un entierro puede costar unos 1.200 euros si se tiene en propiedad la sepultura. Las incineraciones, incluyendo servicios religiosos y alquiler del tanatorio cuestan unos 2.000 euros. Arrendar el velatorio durante 24 horas vale unos 600 euros.

Funeraria Galega lleva a cabo servicios gratuitos para las personas que no disponen de recursos. Antes se los cobraba al Ayuntamiento que se hacía cargo de los insolventes «pero los servicios sociales municipales son cada vez más reacios».