La Xunta ultima un truco para evitar la multa de la UE

VIGO

El PP asume que la depuradora no estará en el 2011 pero tratará de poner en marcha partes de la planta para aplacar a Bruselas

21 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Hace justo un año que los técnicos contratados por la Confederación Hidrográfica del Norte reconocían que la futura depuradora de Vigo acumulaba ya entonces dos o tres años de retraso sobre el compromiso con el que la Xunta consiguió que la Comisión Europea archivase la multa que pendía sobre España por la contaminación de la ría de Vigo. Doce meses después, ese retraso no ha servido al menos para incitar a la clase política a la aceleración del proyecto, su exposición pública, la expropiación de los terrenos, la declaración de impacto ambiental, la reserva de fondos para la obra o, por lo menos, la firma del convenio con el que Concello, Xunta y Gobierno central se reparten las responsabilidades en la construcción del proyecto ideado para que la depuradora deje de ser el principal foco de contaminación del litoral.

El PP ha llevado el plan al congelador -como casi todo lo que estaba previsto para Vigo- mientras el PSOE se ha sentado a esperar sin mover un músculo aguardando que el asunto le acabe por explotar a la Xunta en forma de un nuevo tirón de orejas de la UE. Alberto Núñez Feijoo ya ha reconocido que no le sorprendería que la sanción europea se reactivase, pese a que Bruselas la archivó en diciembre del 2007. Pero es que lo hizo tras aceptar, a regañadientes, los plazos dados entonces por «Pachi» Vázquez, pero no sin añadir la coletilla de que a poder ser la nueva planta del Lagares estuviese a pleno rendimiento antes del 2011.

El sucesor del ahora líder socialista en la Consellería de Medio Ambiente, Agustín Hernández, ya sabe que la depuradora no estará lista ni dentro de dos años, ni de tres, ni de cinco (créanlo). Por eso ha dado la orden de que se estudie la puesta en marcha de alguna fase de la nueva estación con la que poder contentar a Europa y hacer ver en el 2011 al vigilante Grant Lawrence, -o quien para entonces ocupe el puesto del director general de Aguas de la Comisión Europea, que el caño libre de la Xunqueira del Lagares ya no contamina tanto como antes y de que hay compromiso político con el medioambiente de la ría, ese que por ahora y desde hace años no se vislumbra ni de lejos.

La Xunta espera que, con el truco de las fases y la puesta en funcionamiento de procesos de decantación y saneamiento que ahora no tiene la actual EDAR, la UE trague, pero sabe que debajo del mantel (marino, en este caso) el emisario seguirá esparciendo por la ría a lo largo de 112 metros y a dos kilómetros de Samil las aguas que no es capaz de asumir la planta, y que no lo hará hasta que esté concluida la nueva, y las que no se puedan tratar cuando la obra impida el normal, por decirlo de alguna manera, funcionamiento de la depuradora.

Y para seguir sumando esfuerzos, el PSOE vigués pide ahora al PP que la planta que se haga se construya soterrada como pedía Corina Porro al bipartito, y que no se eleve siete plantas como consta en el proyecto que Touriño, Caballero y Espinosa presentaron en la precampaña de las autonómicas para justificar una foto.