Good bye and thanks, «QE2»

VIGO

09 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Hoy recibimos la última visita de un gran amigo. Jamás volveremos a verlo. El trasatlántico Queen Elisabeth 2 hará hoy su escala final en Vigo, antes de regresar a su puerto base, en Southampton, y retirarse para siempre como hotel flotante en Dubai.

Cuando se cumplen cuarenta años de la primera escala del coloso de la Cunard, vivimos hoy un día aún más triste que cuando despedimos al Canberra. El QE2 se ha convertido en un clásico de nuestro puerto, tras decenas de visitas en una singladura incansable en la que ha hecho 25 veces la vuelta al mundo y, en total, ha navegado una distancia igual a 13 viajes a la Luna de ida y vuelta.

Decenas o cientos de miles de personas saben hoy dónde está Vigo gracias al QE2, que ha desembarcado en nuestra estación marítima a esas legiones de curiosos, a esos turistas perdidos, con sus sombreros mexicanos y sus sandalias con calcetines, abrumados, extraviados, urgidos por el tráfico endiablado, viéndonos correr de un sitio a otro, como andamos los vigueses, incapaces para el paseo, como si llegásemos tarde a todas partes.

El Queen Elisabeht II nos hizo su primera visita en el 69, año en el que nació en O Castro un humilde servidor, y que tiene un número evocador, ya se pueden imaginar: 69, cuando el hombre llegó a la Luna, y no lo que están ustedes pensando.

Para despedir a este amigo -o amiga, ya que los barcos, en inglés, son femeninos-, estamos todos convocados en la Estación Marítima. Aunque, tal vez esté exagerando, porque en realidad no nos ha convocado nadie.

Cuando, el pasado abril, el QE2 hizo su última escala en A Coruña, el Ayuntamiento herculino envió una banda de gaitas a los muelles, para despedirlo con todos los honores. Y cuando, el pasado 25 de octubre, hizo su última escala en el puerto de Getxo, en Bilbao, la Autoridad Portuaria destacó tres remolcadores, que lanzaron al aire seis chorros de agua de quince metros de alto mientras el trasatlántico desatracaba.

En ambos casos, en A Coruña y en Bilbao, los alcaldes acudieron a despedir al capitán a bordo y convocaron a los vecinos a ir a los muelles a aplaudir al buque.

En Vigo, por el contrario, no hay noticia de nada. Confiemos en que, aunque sea a última hora, y a toda prisa, alguien se entere de que hay que despedir al Queen Elisabeth 2. Y que ese alguien haya convocado ya a los medios y montado una buena fiesta, para que podamos ser noticia en los telediarios, en la última escala en España del emblemático barco. Oportunidades así no se desprecian. Ocasiones como esta para hacer y vender ciudad no se tiran a la basura. Ya veremos, pero podemos temernos lo peor.

En cualquier caso, good Bye and thanks, QE2. Buena suerte en tu último viaje.