Darwin navega en el Museo do Mar

B.?R. Sotelino

SOCIEDAD

La exposición incluye una amplia colección de animales disecados y reproducciones de piezas de la época

25 nov 2009 . Actualizado a las 14:56 h.

El Beagle , el barco que se convirtió en leyenda por ser la embarcación en la que Charles Darwin llevó a cabo sus expediciones alrededor del mundo, era un auténtico cascarón que los marineros conocían como «el ataúd flotante». Pero a pesar de su inexistente sofisticación, a bordo de la nave viajaron a lo largo de cinco años muestras de todo tipo de fauna y flora, además de restos fósiles, que cambiarían para siempre la concepción de la evolución.

En este año en el que se conmemora el 150 aniversario de la publicación de El origen de las especies y dos siglos del nacimiento de Darwin, el Museo do Mar de Vigo se suma al homenaje al científico llevándolo a su terreno a través de una exposición que presenta como atractivo la recreación del Beagle a escala 1:5 respecto al original, de 30 metros de eslora. La reproducción de 9 metros de eslora, que contextualiza toda la exposición, pretende ser un reclamo para que los visitantes conozcan los detalles sobre el desarrollo de toda la expedición alrededor del mundo de este científico y pensador singular.

El director del centro, Pablo Carrera, es también el comisario de Navegando no Beagle , muestra de producción propia que por sus dimensiones y su coste de más de 100.000 euros, constituye uno de los proyectos más importantes en toda la historia del museo, en el que Carrera ha desarrollado un destacable trabajo de investigación. El responsable acudió a Londres para conseguir piezas originales y los planos del navío, y el museo sacó a concurso público la construcción de la reproducción. El artesano de San Cibrao (Cervo) Francisco Fra Rico fue el elegido entre el colectivo de los carpinteros de ribera de Galicia, y desde el pasado mes de junio trabaja en la recreación del mítico bergantín. Pero no lo ha terminado porque otra de las particularidades de la muestra es que el buque se terminará de construir en el propio museo, a la vista del público. Fra, que ayer acudió a la presentación, llevaba en sus manos una réplica del mascarón de proa que dio nombre a la nave: un perro de la raza beagle, que será el último elemento que colocará, aunque aseguró que «si lo botaran ya, se podría navegar en él».

En la exposición se puede ver también una reproducción exacta y a tamaño real del sencillo camarote que Darwin compartía con un guardiamarina, un lujo del que solo disfrutaba el capitán, ya que el resto del pasaje (74 personas), viajaban hacinadas. Aunque Carrera no consiguió las piezas que pretendía del Museo Naval Británico (negadas por la cercanía de las Olimpiadas de Londres), la muestra incluye varios documentales y más de 60 piezas relacionadas con el contexto de la época. Entre ellas, un barómetro Fitzroy procedente de un anticuario del Reino Unido, un microscopio del siglo XIX, el teodolito -instrumento de medición topográfica- de Domingo Fontán, y una amplia colección de animales disecados, minerales, fósiles, reproducciones de cuadros y láminas originales del Beagle y ediciones facsímiles de libros.