La sociedad psicológica argentina no logra salir de su asombro. Uno de sus hijos predilectos ha sido detenido por formar parte de una banda de pederastas.
Eduardo Jorge Corsi, de 62 años, es considerado una de las máximas autoridades académicas en violencia doméstica. Reconocido psicólogo, profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y autor de media docena de libros, integró una comisión para elaborar un proyecto de ley del Gobierno sobre violencia sexista. Ayer fue encarcelado, acusado de formar parte de un grupo que mantenía relaciones sexuales con menores de edad.
El miércoles, la Facultad de Psicología de la UBA lo separó preventivamente del cargo hasta que se aclare la situación.
La investigación policial al respecto comenzó a finales del año pasado a partir de la acusación de un chico de 15 años. Acompañado por sus padres, el adolescente se animó a contar lo que le había pasado. Entonces se puso en marcha una investigación que incluyó escuchas telefónicas, rastreos de correos electrónicos y vigilancias encubiertas, y que terminó en ocho registros domiciliarios practicados el miércoles.
El joven relató que en una casa de comidas rápidas de Barrio Norte -los delincuentes se movían en los barrios más lujosos de Buenos Aires- conoció a dos muchachos de unos 18 o 19 años que le propusieron ir a un local de juegos electrónicos. Allí lo tentaron a acceder a imágenes pornográficas. Lograron convencerlo de que los acompañara al apartamento de uno de ellos, donde navegaron por páginas de contenido sexual. Ese fue el inicio de la relación con estos jóvenes, que no iba más allá de recibir regalos, como móviles, ropa o videojuegos. El nexo entre el adolescente y sus nuevos amigos comenzó a cambiar cuando los jóvenes, que mantenían relaciones homosexuales entre ellos, lo invitaron a participar de esas prácticas. «Primero, con un rol activo, y luego, con un rol pasivo», describió uno de los investigadores policiales. Cuando el muchacho se integró en el grupo, lo invitaron a participar del «juego» junto con otras personas. Así fue como lo condujeron, según los agentes, hasta el apartamento del prestigioso psicólogo Jorge Corsi, situado en el lujoso barrio de Palermo.
«Utilizaban prácticas de seducción. No hay ejercicio de violencia», informó a la prensa el fiscal Martín Niklison, a cargo del caso, quien explicó que no existen evidencias de que las imágenes de los chicos se hubieran subido a Internet.
Según las fuentes consultadas, de esas reuniones con el psicólogo, con el paso del tiempo, empezaron a participar otros hombres amigos suyos, con quienes el joven también mantuvo relaciones sexuales. Ahora dos de ellos están detenidos y uno logró huir. Estos hombres tienen entre 35 y 40 años.