Los orígenes del movimiento cívico en favor de la segregación de A Barciela para su anexión a Oroso se remontan a 1960, si bien dicha corriente de opinión no terminó de adquirir relevancia dentro de la escena informativa hasta mediados de los noventa, cuando la Asociación Vecinal San Blas, arropada por el 75% de los lugareños, inició una decidida campaña de protestas. Cortes de tráfico, manifestaciones, recogidas de firmas... Todo aquello derivó en la presentación de un expediente de alteración de límites municipales que, ya en abril del 2001, la entonces denominada Consellería de Xustiza (hoy Presidencia) resolvió desfavorablemente. Lo hizo a través de un decreto que en septiembre del mismo año fue recurrido por el colectivo de afectados ante el Superior de Xustiza. No les dio la razón el TSXG, por lo cual, en febrero del 2006, apelaron al Supremo, que ahora ha fallado también en su contra.
En paralelo al largo litigio y a instancias de los gobiernos orosino y compostelano, la Xunta sí accedió, en febrero del 2005, a que una parte de la parroquia objeto de discordia (los lugares de A Foca y Sigüeiro, 63 hectáreas habitadas por un centenar corto de personas) dejara de depender de la capital para unirse al concello vecino.