Jordi Savall: «Las músicas célticas nacen del alma de los pueblos»

Concha Pino SANTIAGO/LA VOZ.

CULTURA

El intérprete catalán debutará el día 7 en el Festival Via Stellae con un concierto de obras basadas en melodías tradicionales

03 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El violagambista catalán Jordi Savall, uno de los intérpretes de música antigua más versátil y polivalente, ofrecerá el día 7 el primer concierto de la sección Off Stellae de la quinta edición del Festival de Música de Compostela e os seus Camiños, que se inaugurará el martes. Savall vuelve a Compostela para protagonizar un encuentro especial con el gaiteiro Carlos Núñez y ofrecer un programa basado en música tradicional celta, Lamentos y folías célticas, de los finisterres atlánticos al nuevo mundo .

-¿Qué significado tiene abordar un repertorio de música tradicional para alguien que lo ha hecho todo en el terreno de la música antigua?

-Hace años que me dedico a investigar la música celta bretona, irlandesa y escocesa, y también el repertorio antiguo galaico-portugués, con las Cantigas de Santa María. Es un estilo de música que llevo muy cerca de mi corazón, porque nace del alma de los pueblos, inspirada por la necesidad de expresar lo que son y lo que viven. Yo las califico como músicas de sobrevivientes, porque han ayudado a las personas que las han creado a superar muchas cosas, y porque ha pervivido a lo largo del tiempo conservada por el amor, transmitida de padres a hijos durante generaciones. La música que sobrevive así es porque es esencial, tiene una carga emotiva muy superior a músicas más complejas. Son músicas que se han desarrollado y conservado a través del sufrimiento y de la desesperación, pero, no obstante, son melodías alegres, con una vivacidad contagiosa, porque tratan de hacer olvidar y superar los malos momentos.

-¿Estos lamentos y folías son fruto de un trabajo de recuperación de material original?

-He investigado durante diez años y descubrí que era un mundo inmenso, porque recogí más de 10.000 melodías. He recuperado partituras en San Francisco y otros lugares de Estados Unidos, porque durante las épocas de la gran hambruna en Irlanda y Escocia emigraron a un mundo inhóspito. Y su música les ayudó a soportar las penalidades lejos de su tierra.

-¿Cómo encaja la tradición con la llamada música culta?

-Hoy en día se interpretan mucho desde un punto de vista folclórico, que está muy bien. Pero yo he querido buscar los orígenes, indagar cómo era una pieza. Son obras que llevan en su melodía todo el contenido de una sinfonía, emocionantes. Investigar estas músicas te obliga a hacer incursiones en el siglo XVII, y descubrí scordaturas de gaita con viola da gamba, como trataban de imitar el sonido de la gaita interpretada con viola. Eso es algo que se ha hecho en todas las épocas, conseguir un sonido concreto con otros instrumentos. Me interesó ver que esas músicas célticas contemplaban ya esa adaptación. No pretendí decir así es como hay que hacerlo, sino que, por el contrario, lo que hago es interpretarla como lo hacían en su origen, una forma depurada con influencias de muchas cosas. En ningún caso la pongo en duda, la abordo con un gran respeto.