Ven la luz los últimos poemas que escribió Blas de Otero

Alejandro Posilio MADRID/LA VOZ.

CULTURA

14 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Treinta y un años después de su muerte, Blas de Otero renace de sus cenizas con Hojas de Madrid con La galerna, libro inédito a su muerte, al que dedicó los últimos años de su vida. Publicado por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, recoge 306 poemas, de los que 161 ven la luz por primera vez, mientras que los otros habían sido publicados de forma dispersa en revistas.

Como antes había hecho Unamuno con su Cancionero, como después haría José Ángel Valente con Fragmentos para un libro futuro, Blas de Otero dedicó sus últimos esfuerzos a un libro que nunca se decidió a terminar, al que la muerte puso fin.

Y quien ha acabado con esta espera ha sido Sabina de la Cruz, el último amor del poeta, que es la depositaria de todo su legado y, a la vez, experta en su obra. «Es un libro que dejó metido en carpetas. No existía una estructura definida. Hemos tenido que organizarlo por orden cronológico. Cada una de las composiciones estaba fechada, de tal manera que se ha convertido en un diario. A través de su lectura podemos ahora revivir su día a día, podemos escuchar su voz y conocer cuál era su experiencia cotidiana», aseguró ayer la viuda del poeta bilbaíno en la presentación de la obra.

Versión final

Blas de Otero no dejó ordenados los 306 poemas del conjunto, ni estaba claro cuál era la versión final de muchos de ellos, ni si su exigente autocrítica hubiera prescindido de algunos. Pero De la Cruz publica los poemas que, tras un detenido estudio de los originales, considera su versión última, sin añadir nota alguna. Ha dispuesto las piezas en orden cronológico, pues todos los poemas estaban fechados, por lo que el texto ha adquirido carácter de diario poético.

«Este libro es un descubrimiento -añade la que fue su última mujer-. Aparece un poeta nuevo, con humor, incluso tiene un poema a la Vuelta ciclista a España, porque después de resistirse a comprar un televisor, que creía que quitaba el tiempo para leer, se quedó fascinado con los ciclistas», relata Sabina de la Cruz.

La obra se divide en dos partes bien diferenciadas: Hojas de Madrid y La galerna. La primera está formada por poemas que surgen a raíz de su regreso de Cuba, donde había pasado los años anteriores a causa de una grave enfermedad. La entrada en quirófano le sirvió para, durante casi diez años, describir su situación y, a la vez, recapitular sobre el amor, los viejos barrios o la música.

La segunda parte se centra en su personalidad más depresiva, presente en él a lo largo de los años. «Le habían dado nueve años de vida, pero él no lo sabía, aunque sí conocía su gravedad y su peligro. Aquí está plasmado su deseo de seguir viviendo», indicó su viuda. El poeta falleció el 29 de junio del 1979, a los 63 años, en la localidad madrileña de Majadahonda.