Antón Lamazares inaugura una retrospectiva en Nueva York

Victoria Toro

CULTURA

El pintor expone en el Queen Sofia Hispanic Institute hasta el 16 de enero

23 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Veinticinco obras de formato mediano cuelgan desde esta semana en las salas del Queen Sofia Hispanic Institute de Nueva York. Veinticinco obras seleccionadas del trabajo que el pintor gallego Antón Lamazares (Maceira, Lalín, 1954) realizó entre 1986 y el 2003. La muestra puede visitarse hasta el próximo 16 de enero en ese centro cultural de Manhattan, situado en el barrio más elegante de la Gran Manzana y a dos pasos de Central Park.

La retrospectiva que puede verse estos días en Nueva York está organizada por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior y ya ha pasado antes por la capital húngara, Budapest, y por la ciudad eslovena de Piran. «En cada lugar ha sido distinta -explica Lamazares- pero no tanto por la ciudad, sino por el lugar en el que se expone». Dependiendo de las dimensiones de este, el comisario de la muestra, Javier Fuentes, ha elegido unas u otras obras. En el caso de la de Nueva York, las dimensiones de las salas no han permitido mostrar obras de gran formato por lo que las 25 elegidas tienen un tamaño medio. Sobre estas salas, Lamazares se muestra satisfecho: «Es un espacio cariñoso, agradable».

Las pinturas que cuelgan en ese espacio «cariñoso» pertenecen a diversas series del pintor, pero todas tienen identidad que define la expresión de Lamazares. El autor, que está en Nueva York para asistir a la inauguración de la retrospectiva, recuerda que vivió en la ciudad en 1987 y 1988. «Vivía en Brooklyn, en un edificio en el que todo eran estudios de artistas», recuerda Lamazares de su primera experiencia como pintor fuera de España. El artista trabajó durante casi dos años en Nueva York gracias a una beca Fullbrigth. A la pregunta de por qué se fue de una ciudad que ha «enganchado» a tantos artistas, Lamazares es tajante: «Me gusta Europa». Y aclara aún más: «Soy un aldeano».

Lamazares, que vive en Berlín desde el 2004 «porque es una ciudad preciosa, es la ciudad-aldea», según sus propias palabras, trabaja desde hace tres años en su serie Domus Omnia , «La casa de todos o también la casa del alma», explica el pintor. «Trata de los sentimientos, de la memoria, de la familia? de todo lo que hay en la casa», afirma. Parte de ese trabajo podrá verse en su próxima exposición que se inaugura el próximo 18 de diciembre en la Diputación de Ourense.

Y mientras tanto, el pintor recorre Nueva York y habla, cuenta que sus hijos estudian en el colegio en alemán pero su hija pequeña está, además, aprendiendo chino. Que cuando se marchó a París en 1990 pensó en la alternativa de Pekín, «pero está demasiado lejos». Y él necesita el contacto con su tierra, a la que vuelve todos los meses. «Hay que volver a la aldea, estar con la tierra, con la gente».

Otra de las cosas que Lamazares ha hecho estos días en Nueva York ha sido grabar imágenes para una película, Horizontes sin dueño , un largometraje documental que los hermanos Nayra y Javier Sanz Fuentes están rodando sobre el pintor.