«La arquitectura es mucho más asequible ahora para los jóvenes»

CULTURA

«El ordenador, como el lápiz, solo es bueno si lo es la persona que está detrás»

29 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ha perfilado las principales ciudades del mundo, acumula un inmenso prestigio profesional y ha creado un estilo propio de diseño a base de proyectos ambiciosos y tecnológicamente punteros, de modo que a muchos no les habrá sorprendido la concesión del premio Príncipe de Asturias de las Artes al arquitecto inglés Norman Foster (Manchester, 1935). La cúpula del Reichstag en Berlín, la sede de HSBC en Hong Kong, el aeropuerto de Pekín, el palacio de congresos de Valencia? Ha culminado cientos de proyectos en 150 ciudades de todo el mundo. Su impronta es especialmente reconocible en Londres, donde cualquier vista panorámica incluye al menos una obra de Foster: la reforma de Wembley, el puente del Milenio, el patio central del British Museum, el Ayuntamiento, el rascacielos de HSBC en Canary Wharf, el célebre edificio Gherkin de la City? No muy lejos, a orillas del Támesis, está la sede central de Fosters & Partners, un macroestudio de arquitectura con más de un millar de empleados que trabajan en decenas de proyectos, todos fieles al sello Foster: ambiciosos, de aire futurista y de vocación global. A los pocos días de conocer su nuevo reconocimiento, el arquitecto atendió a La Voz con el aire refinado y extremadamente educado que se le supone a un lord inglés.

-¿Cómo le ha sentado la noticia del Príncipe de Asturias?

-Estoy completamente abrumado. De verdad, me siento encantado y muy honrado. Es maravilloso, cómo puedo decirlo? Es un premio muy especial, por muchas razones diferentes: mis conexiones profesionales con España, mi familia, tengo un apartamento en Madrid? Además, este premio no se trata solo de mí. También de muchos colegas y colaboradores que he tenido durante muchos años. También es un reconocimiento de la importancia de la arquitectura y el diseño. Es un premio que tiene muchos aspectos.

-Mirando atrás, ¿tiene predilección por alguna de sus obras?

-Bueno, eso en cierto modo es como si te preguntan cuál es tu hijo preferido. Son proyectos diferentes por razones diferentes. Además, como yo tiendo a centrarme bastante intensamente en los proyectos, uno tras otro, pues el más importante quizá es aquél en el que estoy centrado en cada momento. Puedo pensar en los proyectos en España, son todos muy especiales? Pero si elijo uno en particular, me siento culpable por no haber elegido otro.

-¿Cuánto ha cambiado el mundo de la arquitectura desde que comenzó su carrera?

-En algunos aspectos no ha cambiado en absoluto: sigue tratándose de los mismos valores. Las motivaciones que tenía entonces al comenzar un trabajo son en gran medida las mismas que tengo hoy. Dicho esto, es verdad que se han producido muchos cambios. La arquitectura es mucho más accesible ahora, por lo que respecta a las jóvenes generaciones. No quiero decir que sea fácil; es siempre una profesión muy exigente. Pero no hay duda de que el sistema de competición y la capacidad para competir por proyectos con financiación pública? Ahora es más fácil prosperar dentro de este sistema. Mucho más fácil que en los años sesenta, por ejemplo. También hay otros cambios, por ejemplo el ordenador como herramienta altamente sofisticada. Pero, aun así, solo es una herramienta. Sí, abre una tremenda variedad de oportunidades de diseño. Pero, como el lápiz, solo es bueno si lo es la persona que está detrás.