La apuesta de Foster por una ciudad posible le da el Príncipe de Asturias

Tomás García Yebra

CULTURA

El premio distingue «la calidad estética, la reflexión intelectual y el diálogo entre territorio y ciudadanía»

21 may 2009 . Actualizado a las 10:04 h.

El arquitecto británico Norman Foster (Manchester, 1931), uno de los urbanistas más prestigiosos e influyentes del mundo, ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009. Foster se impuso en la fase final al cantautor Joan Manuel Serrat, al cineasta Carlos Saura, al compositor Cristóbal Halffter, a la actriz británica Vanessa Redgrave y al escultor estadounidense Richard Serra.

Al premio optaban un total de 26 candidaturas procedentes de Austria, Brasil, Cuba, Estados Unidos, Francia, Italia, Perú, Portugal, el Reino Unido, Rusia y España. El galardón está dotado con 50.000 euros, una escultura de Joan Miró, un diploma y una insignia acreditativos.

Este es el primero de los ocho galardones internacionales que convoca esta institución y que este año cumple su 29.º aniversario. El jurado valoró la obra de «alcance universal» de un arquitecto que «conjuga la calidad estética, la reflexión intelectual y el diálogo entre territorios y ciudadanía a través de un original dominio del espacio, la luz y la materia». Un arquitecto que «en la era global anticipa con brillantez la única polis posible del siglo XXI, al servicio del desarrollo sostenible y de la libertad personal y social». Casado con la psicóloga y sexóloga ourensana Elena Ochoa, Foster recibió la noticia en el palacio de Buckingham. Se hallaba almorzando con su mujer y con la reina Isabel II. En 1990 le fue concedido el título de sir, y en 1999 Su Graciosa Majestad le otorgó el título nobiliario vitalicio de barón Foster de Thames Bank (lord Foster of Thames Bank).

El arquitecto británico dirige actualmente una plantilla de más de mil personas -entre arquitectos, diseñadores, constructores de maquetas y otros profesionales- y tiene abiertas más de veinte oficinas en los cinco continentes. Sus 300 proyectos repartidos por todo el mundo le han hecho acreedor del Premio Pritzker -considerado el Nobel de Arquitectura- y el Mies van der Rohe.

En 1988 le fueron encargados en España la construcción de la línea de metro de Bilbao (inaugurada en 1995) y la torre de comunicaciones de Collserola (en el Tibidabo de Barcelona), que resultó vital para el éxito de los juegos olímpicos de 1992. En el 2007 presentó el proyecto de remodelación del campo de fútbol del Barcelona, una transformación que permitirá aumentar su aforo.