Robe entró en el colegio

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Chema Moya | EFE

30 mar 2024 . Actualizado a las 13:05 h.

Casi a la vez que Jordi Évole reconocía que había fracasado en su intento de convocar a Robe Iniesta para abrir la última temporada de su programa de entrevistas, el cantante extremeño acudía a un colegio para dialogar con la chavalada. No es frecuente que los profesores convoquen a tipos como Robe o que los consideren un modelo de referencia o que les enseñen sus canciones y sus letras a los críos, porque en general en los colegios cuesta separar el polvo de la paja y a muchos tutores la biografía musical, poética y política del extremeño les da que desconfiar.

No es el caso de los profesores del colegio cacereño de Piornal, que hace unos días convencieron a Iniesta para que disolviera su legendaria aversión a hablar y explicarse en público y se atreviese a ser interrogado por la rapazada. Antes, habían demostrado que dominaban el repertorio del fundador de Extremoduro con una versión deliciosa de su mítico Ama, ama, ama y ensancha el alma que se puede disfrutar en las redes, que algo bueno tienen.

Los críos consiguieron, además, hacer algo que se le escapó a Évole: entrevistar a un Robe Iniesta que cada día desconfía un poco más de los periodistas, y de sus titulares y que tampoco los ha necesitado para que su prestigio poético y su filosofía musical sean casi mitológicos.

El Robe del pequeño colegio cacereño es el que escribió: «Nací un buen día, mi madre no era virgen. No vino el rey, tampoco me importó. Hago milagros, convierto el agua en vino. Me resucito si me hago un canutito», en su grandiosa Jesucristo García tan apropiada para estos días santos y con la que en muchos colegios —y en algunos partidos políticos— unos cuantos se harían cruces de indignación.

Como los tutores de ese pequeño colegio de Cáceres hay cientos por España y en Galicia, maestros con un criterio pedagógico libre y sin prejuicios que ofrecen una educación de gran calidad a sus alumnos y que nunca aparecen en las listas de los centros de relumbrón a los que son convocados los hijos de las élites económicas. Son esos colegios en los que un día aparece Robe Iniesta por la puerta. El mismo Robe que le dijo que no a Jordi Évole.