Reconstruyen el paseo de Bouzas siete meses después de su inauguración

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Sustituyen las bancadas tipo Sena de 3.800 kilos cada una

19 abr 2024 . Actualizado a las 00:32 h.

La constructora Civis Global ha comenzado la reforma del paseo vigués roto por los temporales a los siete meses de su inauguración oficial. La inmensa grúa oruga intimida los bañistas de la playa de O Adro, junto a la iglesia de Bouzas. A los pies de la máquina hay nueve piezas de hormigón armado de 8 metros de longitud y un peso de 3.800 kilos cada una, con un grosor de sección de casi diez centímetros. Son bancadas nuevas y viejas que forman las gradas del paseo que construyo Civis Global con un coste superior a los 3 millones de euros.

El pasado otoño, los temporales horadaron los escalones que bajan al mar desde el paseo. El oleaje y las mareas arrastraron las enormes piezas como si fueran un Toblerone arrancado a mordiscos. La escalinata inspirada en el Sena, según Caballero, sucumbió a las primeras de cambio en un otoño furioso en el que el mar luchó por recuperar el terreno perdido y devoró el paseo de Bouzas y también el de Panxón.

La grúa descarga las piezas nuevas de un camión de Pretersa que porta el material desde la factoría de Meis en la que se fabrican hasta el paseo donde una cuadrilla de trabajadores de Civis Globl estudia el terreno y vigila con cuidado la descarga de la bancada. Las escalinatas han sido valladas para que ningún curioso o niño se asome a los agujeros que han dejado al desmontarse.

La empresa Civis Global quiere volver a reconstruir la escalera hacia el mar, pero con garantías de que quede bien y vuelva a resistir los embates del invierno, así que no se sabe si todo estará listo para la fiesta de la Brincadeira a mediados de mayo. La grúa solo puede transportar las nuevas estructuras cuando está la marea baja. Así puede circular por la arena porque si lo hiciera sobre el paseo lo reventaría, las maderas no aguantarían.

El pesado camión se ha acercado a la playa donde juegan escolares del colegio Atlántida de Bouzas. Dos bañistas charlan junto a la pared. «Nos fastidia que hagan las obras en la playa ahora que viene el sol, podían haber venido antes», dicen las dos mujeres.