Fallece Ventura Pérez Mariño, el magistrado que condenó a Mario Conde y que solo pudo ser alcalde de Vigo unos meses

Diego Pérez Fernández
Diego Pérez LA VOZ / VIGO

VIGO CIUDAD

Entró en política como uno de los fichajes estrella de Felipe González, junto a su amigo Baltasar Garzón, para combatir la corrupción. Una inédita pinza entre BNG y PP a cuenta del urbanismo le expulsó del Ayuntamiento. Tenía 75 años y padecía párkinson

16 feb 2024 . Actualizado a las 02:04 h.

Ventura Pérez Mariño ha fallecido a los 75 años en Vigo, su ciudad natal. En ella ejerció la abogacía durante su juventud, al final del franquismo y en plena transición, y de ella llegó a ser alcalde, aunque solo por unos meses.

Mariño nació el 29 de diciembre de 1948. Estudió en los Jesuitas y en el Icade, donde cursó Derecho y Administración de Empresas, y obtuvo el título por la Universidad de Deusto. Hizo carrera judicial en Madrid. En la capital española conoció al viejo profesor Enrique Tierno Galván (trabajó en su despacho con él y con Raúl Morodo) y se convirtió en magistrado de la Audiencia Nacional, donde llevó causas tan relevantes como las del terrorista Josu Ternera o el narcotraficante Manuel Charlín. En 1993, escuchó con su amigo y colega Baltasar Garzón el canto de sirenas de un Felipe González acorralado por la corrupción y se convirtió en diputado del PSOE. La del Congreso fue su primera experiencia frustrante con la política: se supone que eran fichajes estrellas y apenas tuvieron protagonismo. Acabó renunciando al acta y pidiendo la dimisión del presidente.

Volvió a la judicatura con tiempo para firmar la primera condena al todopoderoso banquero Mario Conde por su gestión al frente de Banesto (seis años de cárcel por apropiarse de 600 millones de pesetas que pagó a Argentia Trust) antes de pedir una excedencia y regresar a Vigo para abrir despacho privado en el centro de la ciudad. Cuatro años después, en el 2003, aceptó otra oferta de los socialistas y encabezó la candidatura a la alcaldía como independiente. Eso sí, advirtiendo que «ataduras, ninguna». El BNG le dio su apoyo para ocupar el cargo y, antes de medio año, se lo retiró en connivencia con el PP por su empeño en cambiar un Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) que no le gustaba por su tremenda edificabilidad. En una pinza sin precedentes, nacionalistas y populares (Lois Castrillo y Corina Porro) lo echaron del cargo tras someterse a una cuestión de confianza y perderla. Demasiado atípico. Aquel dirigente alérgico a los pelotazos ni siquiera había pedido el voto en campaña y su primera medida como regidor fue bajarse el sueldo. 

Desde que abandonó el Ayuntamiento se mantuvo al margen de cualquier actividad pública en la ciudad. A este agnóstico riguroso, pero con un gran sentido de la justicia social, le encantaba dar paseos por la ría de Aldán y pescar. Casi tanto como correr (tuvo a gala ser maratoniano en Nueva York). Después de los sinsabores de la política, reingresó en la carrera judicial y, tras año y medio en Cataluña, se trajo la toga para Vigo.

De su carácter dio cuenta en una entrevista con La Voz de Galicia, medio en el que colaboró como articulista. Al ser preguntado por los ataques que estaba sufriendo por no hablar en público en gallego (apenas lo empleó en su investidura como alcalde), señaló: «Lo uso con dificultad, me he entendido muy bien toda mi vida con la gente que habla gallego y la que no lo habla. Yo defendí en los tribunales a los galleguistas cuando eran perseguidos. A lo mejor algunos no lo recuerdan...».

Alberto Núñez Feijoo asistió en el 2013 al homenaje que le brindaron a Ventura Pérez Mariño con motivo de su jubilación. El entonces presidente de la Xunta no escatimó elogios: «Fue independiente como abogado, como juez y como político, y tuvo coraje como abogado, como juez y como político». Efectivamente, fue una especie de rebelde con causa. Abel Caballero, alcalde de Vigo, ha expresado hoy el dolor de la ciudad por una «pérdida irreparable». En Vigo ha pasado los últimos años de su vida enfermo de párkinson, junto a su mujer, la también jueza Dolores Galovart.

Su cuerpo será incinerado este jueves en el tanatorio Vigomemorial tras un acto civil a las 18.30 horas.

De defender a víctimas de la droga a fundar la oenegé Pozos de Agua Mayo Rey

El reguero de reacciones expresando sus condolencias da cuenta del aprecio que despertaba la figura de Ventura Pérez Mariño. Desde los candidatos a la presidencia de la Xunta Alfonso Rueda (PP) y Gómez Besteiro (PSOE) hasta la Asociación de Juezas y Jueces para la Democracia. La vertiente más social del jurista y político fue de los aspectos más destacados entre quienes mejor conocían su trayectoria. Cuando comenzó la profesión de abogado en Vigo fue defensor de muchos jóvenes víctimas de la lacra de la droga en los años más duros del narcotráfico y cuando dejó la judicatura todavía tuvo tiempo de impulsar con su mujer una oenegé llamada A las cinco, que ofrecía café y bocadillos a las personas desfavorecidas en pleno centro de la ciudad.

Mariño siempre mostró su preocupación por los más vulnerables. El primer acto público que tuvo como alcalde de Vigo, sintiéndose foco de atención de los medios de comunicación, fue compartir mesa y mantel con los usuarios de un comedor social. Otro episodio destacable se produjo mientras ejercía de juez en Burgos. Allí conoció al pediatra Emilio Sastre, creador de la Fundación Hospital Mayo Rey, de la que Ventura fue patrono. Al tomar contacto con la realidad en esa región al norte de Camerún, en febrero del 2010, se involucró todavía más en el proyecto, creando y presidiendo la oenegé Pozos de Agua Mayo Rey. Tuvo la satisfacción, junto a otros amigos y personalidades de Vigo, de abastecer de agua potable a más de 200.000 personas que carecían de ella.