Una doctora de Vigo revela en una tesis que haber sido un bebé prematuro puede afectar a la retina

La Voz VIGO / LA VOZ

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La oftalmóloga hizo un estudio con 71 niños, la mitad prematuros, y descubrió una alta presencia de enfermedades en esta zona del ojo

14 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La especialista en Oftalmología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, Ana Campo, se doctoró con sobresaliente cum laude con una tesis que la prematuridad es un factor de riesgo en las enfermedades de la retina. La ganancia de peso en los quince primeros días del bebé es positiva para el desarrollo de la zona foveal de la retina.

Ana Campo investigó la retinopatía de la prematuridad (ROP) como principal causa de ceguera entre la población infantil y que es exclusiva de los niños que nacieron prematuros, sobre todo en aquellos que pesan menos de 1.500 gramos o de menos de 32 semanas de gestación. La autora de la tesis descubrió que los niños que nacieron prematuros pueden presentar otras alteraciones en la microestructura de la mácula y que son atribuibles a la inmadurez. Estas alteraciones se revelarían en edad más tardía, en la edad escolar.

Campo obtuvo el doctorado en la Universidad de Santiago de Compostela con la tesis titulada Alteraciones de la microestructura vascular foveal por Angiotomografía de coherencia óptica en pacientes pediátricos con antecedentes de prematuridad. La investigación academica fue dirigida por los especialistas en pediatría, José Ramón Fernández Lorenzo y Ana Concheiro. El estudio incluyó a 71 niños y niñas con edades entre 4 y 12 años, de los que la mitad tenían antecedentes de retinopatía. En la criba, detectaron a 18 niños con esta patología, diez de ellos en estado grave.

La retinopatía de la prematuridad (ROP) es la principal causa de ceguera entre la población infantil y se diagnostica y se hace tratamiento durante el período prenatal. Se puede diagnosticar en los neonatos con un examen a fondo del ojo.

Para los niños algo mayores, hay que someterlos a unas pruebas de imagen realizadas con un equipamiento técnico concreto, cuya realización es inviable en los recién nacidos porque los dispositivos disponibles para el estudio de esas alteraciones en la práctica clínica no son adecuadas para los neonatos.

En este estudio, la autora evaluó mediante técnicas de imagen con la tecnología de coherencia óptica las distintas capas que forman la retina en la parte más central, la mácula, y las características de la zona vascular foveal. También estudió la posible influencia que la prematuridad y otras variables relacionadas pueden tener en el desarrollo microvascular y estructural de la mácula en escolares. El estudio se amplió a la implicación que podrían tener esas alteraciones en el desarrollo cognitivo y visual de los participantes.