David Guetta hace bailar a Vigo en una noche histórica

David Sánchez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Irene González

El disyóquey francés David Guetta protagonizó el espectáculo de música electrónica ante un público entregado en el auditorio de Castrelos, que ya estaba lleno a mediodía.

22 ago 2023 . Actualizado a las 01:51 h.

Buena parte de los asistentes al espectáculo de David Guetta en Vigo difícilmente olvidarán la noche en que el disyoquei los hizo moverse hasta la extenuación. Con el auditorio al aire libre de Castrelos lleno hasta la bandera (las gradas ya estaban abarrotadas a mediodía), el francés pinchó, uno tras otro, los éxitos con los que creció toda una generación. El público apenas recuperaba el aliento tras desvivirse con un tema cuando el artista ya estaba preparando otro que nadie quería perderse sin bailar.

Guetta, que aterrizó en un jet privado y fue escoltado hasta el parque por la Policía Local, salió al escenario a 23.33 horas, con más de media hora de retraso. «¡Galicia, haced ruido!», gritó. Era su segunda actuación en la ciudad (estuvo en el 2009 en el Ifevi en 2009 con un caché de 60.000 euros), pero esta vez lo hacía con la vitola de mejor dj del mundo en el 2011, 2020 y 2021 y previo pago de 930.00 euros por parte del Concello vigués.

El espectáculo también estuvo en las gradas. «Nunca había visto Castrelos tan lleno», aseguraba Dani, resignado en un anfiteatro. «Solo se puede comparar con el concierto de Metallica (1999), pero creo que hoy hay más gente», calculaba José Manuel. El alcalde, que ejerció nuevamente de presentador, sacó su particular calculadora. «¡Hoy hay aquí 120.000 personas!», aseguró Abel Caballero.

En lo estrictamente musical, Guetta se estrenó en Castrelos con uno de sus últimos éxitos, I'm good, en el que colabora con Bebe Rexha. El tema supera el billón de reproducciones y es solo uno más de los repertorio del músico que alcanzan esa cifra. Titanium, por ejemplo, acumula un billón y medio. Pese a tener ya más de diez años, la pieza nunca falla para levantar los ánimos, como se demostró ayer.

En la platea, la gente se amontonó para estar lo más cerca posible de su ídolo. Era de esperar después de que algunos aguantasen más de dos días en la cola para comprar las entradas en el Ayuntamiento. El pase valía 15 euros, pero hubo mucha reventa por encima de los 300 euros. Ver a Guetta actuando en España en un lugar que no sea Ibiza es de lo más inusual.

Equipados para la espera

Los más previsores intentaron pasar la noche en Castrelos para acceder los primeros a la zona de pago, pero no lo lograron. «La policía nos echó en cuanto nos vieron con las tiendas, así que volvimos a las cinco de la mañana», comentaba Alexi, que pese al contratiempo logró colocarse de primero en la cola. Para soportar la espera, se equiparon con los básicos de supervivencia: sombrilla, toalla y el imprescindible abanico. La lluvia, que había amenazado en los días previos al concierto, no hizo aparición. El cielo se mantuvo completamente despejado, salvo por los drones que de vez en cuando sobrevolaban el auditorio. El Concello realizó un despliegue total para asegurar la seguridad del evento. Protección Civil levantó también un hospital de campaña.

Fueron más de cuatro horas de música electrónica. Groove Amigos, de O Porriño, habían sido los encargados de empezar a calentar el ambiente a las ocho de la tarde, cuando comenzó el espectáculo de cuatro horas. Fueron la representación de los disyoqueis locales en el Dreambeach Festival. Le siguieron el chileno Francisco Allendes y el británico Nic Fanciulli con dos sesiones explosivas, llenas de los ritmos más pegadizos.