Un peregrino belga crea un albergue con materiales reciclados en O Porriño

Monica Torres
Mónica Torres O PORRIÑO

O PORRIÑO

XOAN CARLOS GIL

«Antes recorría el mundo y ahora lo veo pasar», dice Dries Nuittren

06 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo de Dries Nuitten con el Camino de Santiago fue un auténtico flechazo. Ocurrió en el 2017, cuando tenía 37 años. Este ciudadano belga se sintió «sobrepasado por el sistema». Cocinero en un restaurante y profesor de teatro, decidió emprender la ruta jacobea aconsejado por su padre, en busca de su propio camino. Al llegar a Santiago, el sentimiento del momento se apoderó de él. «Hice el Camino Francés solo y sin preparación, y me enamoró. Descubrí que quería vivirlo, pero no sabía cómo, así que seguí hasta Finisterre», recuerda. Siete años, una pandemia y seis caminos después, Dries Nuitten ha encontrado el suyo como hospedero de Casa Alternativo, en O Porriño, «un lugar donde reina la magia».

Ha cambiado Amberes por la parroquia de Orbenlle y su gran cocina, por la del albergue que ha construido él mismo con materiales reciclados. Es su primera casa en propiedad «porque antes trabajaba seis meses, viajaba los otros seis y, para ahorrar, vivía con amigos», explica. Ha echado raíces y aunque ahora solo puede viajar en diciembre y enero, que son los meses que su albergue está cerrado, la experiencia no puede ser más gratificante. «Antes viajaba yo por todo el mundo y ahora lo veo pasar por mi albergue, porque llegan personas de todas las nacionalidades, a veces tenemos hasta nueve culturas diferentes la vez», dice entusiasmado.

Casa Alternativo es «un proyecto de vida» que este emprendedor belga comparte con los peregrinos de la ruta tradicional lusa. «Trabajar en el albergue es un regalo porque conozco y comparto cada jornada con otros peregrinos como yo. Todos los días son especiales y diferentes», valora Dries.

Recorrió cientos de kilómetros a pie hasta dar con el lugar idóneo para establecerse y la pandemia le pilló en pleno proceso de construcción de su hospedería, pero ha conseguido dar forma al sueño que se le reveló en Pamplona, lugar en el que pasó tres meses de aquel 2017 en el que decidió dar un giro radical a su vida. «En el Alto del Perdón estuve haciendo fotografías y postales de los peregrinos. Allí me di cuenta de que quería un espacio para mí mismo, en ese momento supe que quería hacer un albergue», recuerda.

Así emprendió la ruta. «Estuve seis meses andando, buscando el lugar adecuado. Recorrí el Camino Inglés, luego la Vía de la Plata y después, el Portugués», explica. Cuando llegó a Tui, en el 2018, le ofrecieron la posibilidad de quedarse como voluntario en el albergue de Pazos de Reis, y así ganó más experiencia. Estaba a pocos kilómetros del lugar que finalmente escogería para asentarse. «Cuando vi este terreno en Orbenlle sentí la magia. Solo había cuatro paredes de la casa así que volví a Bélgica para seguir trabajando y ahorrando para poder acabarla», relata bajo la atenta mirada de Otto, su fiel amigo perruno. «Casa Alternativo es distinto a cualquier otro albergue porque lo hice a mano todo con materiales reciclados y también vivo como peregrino con todos los demás», dice. La yurta que una prima le compró en Mongolia es su espacio privado, pero el resto lo comparte con los demás peregrinos. «El precio de 30 euros incluye el desayuno y la cena, que hago yo mismo y comemos juntos», explica. El menú es variado. «Todos los productos son orgánicos, siempre hay menús vegetarianos o con pescado, pero no carne», indica.

La bohemia personalidad del anfitrión se refleja en el mobiliario, colorido y variedad de puntos de encuentro de los que disfrutar, como la zona de la piscina o el paseo por los árboles que está ultimando. La pandemia le pilló cuando acababa de abrir, así que la actividad despegó definitivamente en abril del 2022. Su personal albergue tiene una gran acogida. A partir de mayo y, hasta septiembre suele estar lleno, pero siempre es bueno reservar a través del teléfono 622 900 377.

«No cambio Bélgica por Orbenlle. El Camino me cambió la vida y aquí reina la magia, es un lugar de ensueño para un peregrino», concluye Dries.