El halcón sacre impone su ley en la Arribada de Baiona

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera BAIONA /LA VOZ

BAIONA

Vuelve la cetrería a una fiesta de interés turístico internacional que desafía al mal tiempo

03 mar 2024 . Actualizado a las 21:25 h.

El buitre está vago. No quiere volar y se encarama a la chimenea del Real Club de Yates de Baiona. Así que le toca el turno al halcón sacre. La cetrería ha vuelto con fuerza a la Arribada de Baiona. «Hemos estado siempre, pero en el 2020 dejamos de venir. Nos decían que el espectáculo de cetrería no gustaba a todos», cuenta el leonés José Antonio Alonso, que parece un guerrero medieval, grande como un armario. Alonso es el propietario de Las águilas de Valporquero y el speaker en la playa de la Ribeira de un espectáculo que encandila porque la cetrería es un arte de caza que se practica desde la Edad Media y es patrimonio inmaterial de la humanidad.

El buitre no era empleado en la caza medieval pero forma arte del elenco de doce aves que Alonso muestra a un público ávido de emociones. El ave rapaz da miedo, aunque las tribunas están semivacías porque el tiempo no acompaña. Hay rachas de 80 kilómetros y el viento húmedo y frío azota los rostros de los asistentes. Son varios centenares de personas que se colocan en la barandilla para ver el vuelo majestuoso de los halcones y las águilas. El halcón sacre y el gerifalte son las estrellas del espectáculo que ha vuelta a esta edición de la fiesta que rememora la llegada de la carabela La Pinta a Baiona en marzo del año 1493. Alonso explica al público que «las hembras son más grandes que los machos». Pueden llegar a un metro y treinta centímetros de envergadura. El sacre de hoy es algo más pequeño, pero igual de veloz. Tras la negativa del buitre a volar, el halcón despega del brazo de uno de los cetreros y surca el cielo de la bahía hasta perderse de vista. Tan es así que Protección Civil se pone en alerta y mira al horizonte y de reojo hasta que las aves libres amaestradas vuelven, al cabo de un rato, con sus dueños que las guardan en el furgón que las transporta hasta que escampe el temporal.

La jornada festiva empezó una hora más tarde de lo previsto porque el aguacero obligó a retrasar la salida del desfile de trajes de época. El corregidor de entonces y actual alcalde, Jesús Vázquez Almuíña, resta importancia a la borrasca. «La Arribada tiene este componente de inestabilidad, pero la gente viene igual y el tiempo se va a estabilizar», señala con optimismo el regidor acompañado de un séquito de doscientas personas, entre ellas una delegación de Palos de la Frontera en la que destacan el fraile franciscano Diego García, Tiene la orden de San Silvestre impuesta por el Papa Juan Pablo II. En Palos de la Frontera se encuentra el monasterio de La Rábida donde Colón oró antes de partir a América y donde reclutó a buena parte de su tripulación, entre ellos al comandante de la nave que llegó a Baiona, Martín Alonso Pinzón. En el grupo de visitantes onubenses figura Rafael García. «Es descendiente de Martín Alonso Pinzón», apuntan desde el grupo del ayuntamiento. Pero para los baioneses lo más valioso de la comitiva visitante de Palos de la Frontera son las fresas. Han traído un cargamento y se forma una larga cola para llevarse un caja de dos kilos a cinco euros.

También existe un gran interés por probar el choripán deconstruido de la Taberna Pinzón, un espacio gourmet al lado de la playa. «Los hacemos todo nosotros, desmigamos el chorizo y la masa madre y le hemos puesto una mayonesa de huevo frito. El chorizo lo hemos ahumado durante varios días. Por la noche le quitábamos el humo», explica el dueño de la taberna, Rubén Rodríguez, que es propietario de varios locales en Baiona y en esta fiesta da empleo a 23 personas. El choripán deconstruido vale seis euros y medio y sacia más que el tradicional, que cuesta cuatro euros.

Esculturas

Hay 184 puestos de comida y artesanía distribuidos por todo el casco antiguo donde venden desde pulseras hasta estatuas de granito de Santiago Apóstol. Las cincela Anxo Ferreira, un escultor de Oia que muestra su oficio bajo un tenderete de la calle Carabela la Pinta. Anxo conversa junto a otro escultor de Mos, Marcos Escudero, otro artista de la piedra, Enseñan su trabajo manual aunque en su taller también tienen máquina-herramientas para agilizarlo. Solo así se explica que la estatua del santo se pueda finalizar en solo cuatro días.

La Arribada anima la hostelería y la real villa a pesar de las inclemencias. Una pareja de Ferrol asegura que viene todos los años y desde mediodía es complicado encontrar una plaza en el párking subterráneo de A Palma donde se escucha charlar a grupos en inglés. Los autóctonos están satisfechos del auge que ha ido cobrando el evento.

El domingo: exposiciones, talleres y animaciones

En la Arribada hay actividades para todas las edades. Hay talleres de artesanos y exhibiciones de gremios de canteros y rederos. En el parque de A Palma desde las 11 horas y si el tiempo no lo impide se desarrollan talleres infantiles y un campamento de entrenamiento de caballeros medievales. En la playa de A Ribeira se pueden contemplar exhibiciones de esgrima histórica con armas y armaduras de la época y hay demostraciones de puntería de tiro con arco, así como una muestra de aves de cetrería a partir de las 13 horas. Se pueden ver muestras etnográficas en el Ayuntamiento y en el Hospital Sancti Espíritu. En los jardines de este último recinto una maqueta recrea la villa en el siglo XV. En Capitanía Marítima se expone una muestra de labores de calceta hasta las 20 horas.