Dos niños de Teis salvan a los cinco tripulantes de un hidroavión militar

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

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Luis Puga, de 13 años, y Enrique Lago, de 9, tuvieron un papel destacado en el rescate de unos aviadores accidentados en 1929

15 abr 2024 . Actualizado a las 06:43 h.

Ocurrió el 28 de agosto de 1929, pero los vigueses no conocieron toda la verdad de lo acontecido hasta mediados de octubre. En aquella fecha veraniega se había producido en la ría, muy cerca de la base naval de Ríos, el accidente de un hidroavión Dornier de la Aeronáutica Militar Española. Era el Dornier 14, perteneciente a la escuadrilla de Melilla. Llegaba a la ensenada de Ríos para repostar combustible, en un viaje que tenía como destino final la ciudad de Santander. Ignacio Hidalgo de Cisneros comandaba una tripulación compuesta por cinco militares.

Una vez recibidos 600 litros de gasolina y 200 de benzol del Monopolio de Petróleos, el hidroavión inició la maniobra de despegue. Aunque falló un motor, el avión intentó levantar el vuelo y pudo deslizarse unos doscientos metros sobre la superficie del mar. Tras una explosión, se inició un fuego en el motor delantero. Con las llamas extendiéndose por el avión, el comandante ordenó evacuar la nave. Eso fue todo lo que contaron los periódicos locales al día siguiente, pero había una historia de heroísmo infantil detrás.

A mediados de octubre de ese mismo año, Luis Puga González, de 13 años, y Enrique Lago Rosende, de 9, saltaban a la actualidad informativa, cuando se hizo pública una carta a ellos dirigida por el piloto Guillermo Romero en la que les expresaba todo su agradecimiento y contaba lo que habían hecho. Explicaba que el comportamiento de los chavales había salvado a toda la tripulación, y que había recomendado que fuesen recompensados.

Cuando se produjo la primera explosión, los niños estaban en una gamela, y remaron con fuerza hacia el avión, pudiendo recoger al teniente Romero, que no sabía nadar. Cuando llegaron las lanchas de la Base de Ríos, tuvieron que disparar contra los flotadores del avión para provocar su hundimiento porque, al estar cargado de combustible, podría haber causado daños mucho mayores.

La recompensa llegó el 22 de noviembre de ese año en un acto que tuvo lugar en la base naval de Ríos, que, años después, se transformaría en la ETEA. El alcalde de Lavadores, Honorato Fernández Míguez, fue el encargado de imponer las medallas de plata del Salvamento de Náufragos a Luis Puga González y Enrique Lago Rosendo.

Además de las medallas, los chavales recibieron un diploma de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, precedente de la Cruz Roja del Mar, cien pesetas por parte del Ayuntamiento de Lavadores y otras ochenta entregadas por parte del Estado. Aquel día fueron distinguidos el contramaestre López Cabezón, el cabo fogonero Fernández González y el marinero Chapela Ríos. Los restos del hidroavión fueron rescatados dos días después del hundimiento y trasladados, una vez empaquetados por piezas, a la base de Melilla.

Ignacio Hidalgo de Cisneros era el comandante del Dornier 14 que se accidentó en la ría de Vigo en agosto de 1929. Años después, durante la Guerra Civil, este militar vasco sería el jefe de la aviación republicana. Su historia es digna de los personajes de su paisano Pío Baroja. No en vano, nació en una familia carlista y cuando murió, en 1966 en Bucarest, formaba parte del comité central del Partido Comunista de España.

Su relación con Ramón Franco, durante su estancia en la escuadrilla de hidroaviones de Melilla, avivó su espíritu antimonárquico, que en diciembre de 1930 le llevó a participar en un intento de golpe de Estado. Tras la proclamación de la república, Ignacio Hidalgo de Cisneros fue aproximándose a los partidos de izquierdas.

Tras el 18 de julio de 1936, el militar vasco permanece fiel a la constitución, siendo nombrado Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea. Es en esa época cuando e afilia al Partido Comunista de España, hecho que le llevará a negociar con el propio Stalin el envió de armas a la República. Se exilio en marzo de 1939 en la Unión Soviética. Murió en 1966 en la capital de Rumanía.