Los dos detenidos puestos a disposición judicial por el narcosubmarino Poseidón quedan en libertad investigados por un delito de contrabando

Javier Romero Doniz
J. Romero VIGO / LA VOZ

VIGO

Vidal, a su llegada a los juzgados de Vilagarcía
Vidal, a su llegada a los juzgados de Vilagarcía Martina Miser

Juan Manuel Vidal y el otro arrestado, en Fuerteventura, tienen que personarse cada 15 días en sede judicial

11 abr 2024 . Actualizado a las 17:45 h.

De las seis detenciones realizadas esta semana por el narcosubmarino Poseidón, hallado hace 13 meses en la ría de Arousa, solo dos pasaron este jueves a disposición judicial. Uno es Juan Manuel Vidal, conocido como el Burro y principal investigado, que llegó este jueves a los juzgados de Vilagarcía escoltado por la Guardia Civil y el rostro cubierto.

El otro detenido, gallego pero residente en Fuerteventura, compareció por videoconferencia desde los juzgados de la isla. La jueza titular del Juzgado número 1 de Vilagarcía ha dejado en libertad a ambos, con la obligación de comparecer cada 15 días, pero investigados por la presunta comisión comisión de un delito de contrabando. No de tráfico de drogas o organización criminal. 

La imputación de los investigados se sustentaría en un informe que reconstruye la trayectoria del narcosubmarino en la ría de Arousa y de dos planeadoras que salieron a su encuentro para recoger los 5.000 kilos de cocaína que transportaba y a la tripulación. Ambas lanchas, según el mismo informe, habrían regresado a tierra para desembarcar la droga en la nave de Vilaxoán registrada esta semana y propiedad de Vidal.

A mayores, se decomisaron varias embarcaciones que por dimensiones y potencia de los motores serían ilegales. Pero nada de todo esto resulta suficiente para demotrar judicialmente el delito de tráfico de drogas, ni el de integración de grupo criminal. Ocurre lo mismo con los otros diez investigados y detenidos por las dos narcolanchas varadas hace también 13 meses en la costa de Ribeira, pese a los indicios y antecedentes de los sospechosos. La clave de su defensa está que nadie puede probar que su salida al mar a bordo de esas embarcaciones construidas únicamente para traficar tenía como finalidad encontrarse con el Poseidón precisamente porque la presión de Vigilancia Aduanera y la Policía Nacional frustró esa cita en aguas abiertas.