Martín Zabaleta, con un hermano autista, participó en un proyecto con estudiantes de otros centros del país
02 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Martín Zabaleta, que estudia en el IES Carlos Casares, es el único vigués que, junto a otros jóvenes españoles, entre ellos tres gallegos más (los hermanos Jorge y Leo Osa, de Oleiros, y Antón Fontao, de Sada), han entrado en Nueva York por la puerta grande de la diversidad... de países, ya que acaban de recibir un premio en la sede de Naciones Unidas de Nueva York junto a sus compañeros y compañeras del proyecto Estudiantes por la Inclusión. Se presentaron a los premios que convoca Down Syndrome International, organización que aglutina a las de los diferentes países en los cinco continentes y que también premió el proyecto La Casa de Carlota.
Martín sabe bastante del asunto diversidad e inclusión, lo ha vivido cada día de sus 15 años desde que la comparte con su hermano Héctor, de 13, que fue diagnosticado de autismo a los 18 meses; y con el más pequeño, Lucas, de 11 años. Su madre, Paula Verde, lleva años dando la cara como autora de un diario visual protagonizado por su hijo mediano, poniendo imagen a través del proyecto fotográfico, a una condición que en muchas ocasiones estigmatiza por desconocimiento.
En esta ocasión, Paula acudió de acompañante de Martín para a recoger un premio que no tiene nada que ver con su iniciativa personal. En este caso, se trata de un proyecto de ámbito nacional que parte de un movimiento social bautizado como Quererla Es Crearla, un colectivo que aglutina a familias relacionadas con la diversidad funcional del que forman parte. «Por lo que más llevamos peleando desde que se creó es por la educación inclusiva», explica. Para ello crearon la plataforma Creemos Educación Inclusiva (creemoseducacioninclusiva.com), donde se comparten todas las experiencias que se llevan a cabo en grupos de trabajo divididos entre alumnado, familias, orientadores, etcétera.
El movimiento fue iniciado por un equipo de investigación de la Universidad de Málaga dirigido por Luz Mojtar, que financia la mayor parte de los proyectos. Entre ellos hay una serie de guías publicadas por el Ministerio de Educación y una de ellas la hicieron estos chicos, que durante la pandemia, comenzaron a comunicarse vía online para desarrollar su trabajo sobre la temática: alumnado con discapacidad.
Como Héctor no tiene lenguaje verbal suficiente para comunicarse, su hermano mayor, que estaba en la misma franja de edad que el resto de los alumnos del grupo, formó parte del equipo. Así, bajo la mirada de estos adolescentes hicieron propuestas sobre cómo hacer sus escuelas más inclusivas, cómo mejorar contenidos, cómo acabar con al soledad en los patios, cómo hacer partícipes a todos a pesar de las diferencias... y un montón de ideas más que fueron publicadas por el Ministerio de Educación. El mismo proyecto ya venía avalado por otro galardón, ya que fue presentado al foro internacional de educación que se celebra en Chicago, organizado por la American Educational Research Association (AERA), donde también fue destacado su proyecto.
Ahora, el equipo español ha sido reconocido por su activismo «en favor de la educación inclusiva, de la construcción de una escuela que sepa acoger a todos los niños y niñas», destacan. Una parte del grupo aprovechó la estancia para mantener una entrevista con el representante de Naciones Unidas, Miguel Ángel Moratinos, que les señaló nuevas vías y encuentros por donde seguir dando recorrido a su proyecto. En este periplo que comenzó hace cuatro años también han mantenido reuniones con las dos últimas ministras de Educación, Isabel Celaá y Pilar Alegría. Paula Verde recuerda que una parte del proyecto es un documental titulado Educación inclusiva. Quererla es crearla, que se estrenó en el Museo Reina Sofía de Madrid y es una herramienta importantísima para la difusión de su labor.
La guía publicada por el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado, titulada Cómo hacer inclusiva tu escuela, está disponible en abierto para su descarga en la web. «Su labor y sus reconocimientos son históricos y, sin embargo, son desconocidos en su entorno más cercano», reflexiona.