Ya tenemos invasora que crece al calor de enero

Antón Lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO

cedida

La aceitilla es originaria de zonas desérticas de Estados Unidos

06 feb 2024 . Actualizado a las 00:44 h.

Hoy queremos presentar a una amiga que se incorpora al ya extenso catálogo de especies exóticas invasoras. Se llama Bidens aurea y es una de las más recientes adquisiciones a esta colección de especies que las actividades humanas trasladaron a donde no deberían estar provocando (tras la destrucción de hábitats) el mayor riesgo para la conservación de la biodiversidad, aunque conviene precisar que no todas las especies exóticas son necesariamente invasoras, pero en este caso sí que lo es.

 Como todas sus primas invasivas, tiene un montón de nombres comunes derivados de todos los lugares por donde ha ido pasando en sus desplazamientos de conquista: aceitilla, varios nombres de té, como té de milpa, té de huerta, té castellano, té americano, té chino, té moruno, té canario, té bravío, etcétera, aunque a pesar de toda esta profusión nuestra prima no tiene nada que ver con el té tradicional. Se trata de una planta que llega a alcanzar bastante altura, entre 50 centímetros y un metro, con hojas largas de un tono verde intenso y bordes aserrados y unas llamativas flores con cinco pétalos amarillentos que se van volviendo blancas en el extremo de sus largos tallos.

 En sus zonas de origen se le atribuyen propiedades medicinales relacionadas con enfermedades respiratorias y gastrointestinales. Crece en grupos en prácticamente todo tipo de suelos aunque le gusta especialmente la tierra húmeda por lo que prefiere instalarse cerca de cursos de agua, sean ríos, lagos, regatos o zonas encharcadas. Estas preferencias son un problema especial pues sus semillas caen al agua y las corrientes fluviales ayudan a su dispersión aumentando su capacidad invasora, aunque también se reproduce por rizomas, por lo que para su erradicación se recomienda no hacerlo cuando está en flor (aumenta el riesgo de dispersar sus semillas y que sea peor el remedio) y no dejar restos de sus raíces.

 En todos los casos, la erradicación de especies invasoras debe contar siempre con asesoramiento experto. Su introducción en la península ha sido muy reciente, pues según el catálogo del Atlas de Plantas Alóctonas Invasoras de España sus primeras citas aparecieron en Barcelona en 1963 aunque se considera que previamente ya existía en Canarias. Desde allí, poco a poco se fue extendiendo y ya existen datos de su presencia en todas las provincias gallegas, excepto hasta hace poco en Ourense.

 Su llegada probablemente tuvo que ver con su uso como planta ornamental que se terminó escapando de los jardines, origen de muchas de nuestras invasiones biológicas vegetales. Nuestra exótica amiga es originaria de las zonas desérticas de Estados Unidos (Sonora, Texas, Nuevo México) México y Guatemala, por eso le gusta tanto el agua cuando la encuentra. Es por lo tanto una especie adaptada al calor extremo y no soporta demasiado bien el frío, lo que afortunadamente limita su potencial invasor en nuestro entorno, especialmente en invierno, o al menos eso debería suceder en condiciones normales.

 El problema es que la emergencia climática ha relativizado lo que entendíamos por normal y las aceitillas de la imagen nos las encontramos hace un par de días junto a la desembocadura del río Verdugo floreciendo en pleno invierno. El frío era el factor limitante para la llegada y la expansión de muchas especies invasoras, tanto de animales como plantas. Estos días en pleno invierno superando los 20 grados de temperatura son sin duda muy agradables, pero no es buen tiempo en absoluto.