El temporal barre las dunas de Panxón

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera NIGRÁN / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

La playa perdió un metro de altura de arena y hubo que desalojar cuatro casas junto al río Muíños por la crecida que perforó el paseo de A Madorra

04 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuatro viviendas desalojadas junto al río Muiños, el paseo de A Madorra destrozado y el ecosistema dunar arrasado por el temporal. Es el resumen de la tormenta perfecta. Las olas se encabritaron en Monteferro y la espuma avanzó con fuerza hacia la ensenada de Panxón. El rompeolas apenas protege el paseo de Carlos Casares y en el restaurante JR observaron atónitos la llegada del agua al muro que los separa de la playa. «Llevo muchos años aquí y es la primera vez que veo esto», dice uno de los dueños. El encargado del restaurante, Pedro Barros, explica que «ha coincidido la luna llena con mareas más altas y la sucesión de temporales».

En el recodo interior del dique junto al Náutico de Panxón, las algas muertas se arremolinan formando montículos junto a troncos, una boya suelta y botes de plástico. La acumulación de algas putrefactas es tal que «el domingo aparecieron unos jóvenes con un tractor para llevárselas y usarlas como abono, pero vino la Policía Local y se lo impidió.

El JR está algo más protegido que el Eladio, en el centro del paseo. A sus pies la escalera de acceso a la playa da testimonio de lo ocurrido con el viento y el agua. Grandes bloques de hormigón que sustentan la escalinata han quedado al descubierto. Antes, la arena de la playa los cubría ahora hay un metro de basamento al aire. Pero donde más se nota el embate del agua es en las dunas protegidas de Playa América. El paseo de madera que permite sortearlas, preservando la vegetación, se ha desmembrado y el agua ha llegado hasta los aparcamientos. «Menos mal que tenemos la duna porque si no, hubiese entrado en las viviendas», dice el alcalde, Juan González. Carmen, dueña de un chalé situado en Gayfar, señala que «antiguamente, cuando había estos temporales, los marineros desalojaban a la familia y abrían las dos puertas que tenían las casas, una abajo y otra arriba, el agua entraba por una y salía por la otra».

«Las dunas estaban ahí, bueno, lo que queda de ellas», dice una paseante. Manuel Blanco y Margarita Fernández comprueban cómo las estacas que impedían el paso a las dunas han sido superadas por las olas que han arrastrado tierra. La fuerza del viento y del agua ha aumentado el talud de Playa América. La fuerza del mar ha taladrado el paseo de A Madorra como una tuneladora. Ha causado desprendimientos y un agujero de diez metros en la base del paseo que ha obligado a cortar un carril de circulación superior a lo largo de 30 metros.

El alcalde de Nigrán, el socialista Juan González, hace balance: «Tuvimos que desalojar cuatro viviendas junto al cauce del río Muíños. El paseo de la playa de A Madorra ya lo estamos arreglando. Las dunas volverán a su sitio y las pasarelas las arreglaremos cuando pasen los temporales del invierno».