El cáncer de mama aumenta en jóvenes: «Me diagnosticaron embarazada»

VIGO

Paloma y María, ayer, en Vigo
Paloma y María, ayer, en Vigo M.MORALEJO

El 10 % de las pacientes gallegas no llegan a 45 años; dos mujeres de Vigo cuentan su experiencia: una en medio de la gestación y otra cuando intentaba quedarse

18 oct 2023 . Actualizado a las 01:00 h.

El cáncer de mama y la maternidad se entrelazan en las historias de vida de María y Paloma, dos mujeres a las que la enfermedad asaltó a una edad temprana. «Estamos viendo más cánceres en pacientes jóvenes», dice la coordinadora de la unidad de mama del área sanitaria de Vigo, Rosa Mallo. En Galicia se diagnosticaron en el 2021 cerca de 1.800 cánceres de mama (el jueves es el día mundial de esta enfermedad) y el 10 % fueron de mujeres que no llegaban a los 45 años.

A Paloma (nombre ficticio) no la cogió por sorpresa. De alguna manera, ella estaba esperando el tumor. Todos los años le hacían controles en la unidad de patología de mama del Sergas en Vigo, en el Meixoeiro, porque heredó una mutación genética que predispone a esta enfermedad. Su madre y dos tías habían fallecido por un tumor en el pecho y su abuela también lo había padecido, como contó ayer en el programa Las voces de tu ciudad, de Radio Voz.

Por eso, cuando se notó un bulto en el pecho y el médico le dio el diagnóstico, no le sorprendió, aunque sí le preocupó. «Estaba embarazada de siete meses. Lo primero que dije fue: ‘‘¿Y el bebé?''». Tenía 35 años.

La decisión médica fue administrarle quimioterapia, que no atraviesa la placenta. El plan era adelantar el parto varias semanas, pero como el tratamiento fue bien y el bebé siguió creciendo, esperaron hasta que el embarazo llegó prácticamente a término. Han pasado cuatro años, la niña crece y ella se encuentra bien. Todavía con tratamiento y con ganas de tener otro hijo.

El cáncer de Paloma fue por una mutación en el gen BRCA2. Es una condición autosómica dominante, de modo que tiene un 50 % de probabilidades de transmitírselo a sus hijos, no importa el sexo. Ella no lo ha hecho. Su pequeña está libre del gen. Como conocía desde hacía muchos años su condición, se sometió al diagnóstico genético preimplantacional.

Se trata de una técnica que libra a la descendencia de mutaciones genéticas potencialmente peligrosas. En el laboratorio se hace una fecundación in vitro; después, se biopsia analizan los embriones y se seleccionan solo los que están libres de la mutación. Ella lo hizo en la clínica IVI, de Vigo, que tiene un concierto con el Sergas para estos casos. Desde hace dos años, el hospital de Santiago también lo hace.

Una de cada ocho mujeres (el 13 %) va a padecer un cáncer de mama. Un estudio del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos del 2017 elevó ese riesgo hasta el 69 % de las que tienen la mutación en el gen BRCA2, si viven hasta los 80 años.

Las causas genéticas suelen explicar muchos de los casos que aparecen en mujeres jóvenes. Pero no todos. Es lo que le sucedió a María Cuellas. Le detectaron un tumor en el pecho hace dos años, cuando tenía 40 y estaba intentando ser madre. «No tengo ningún antecedente, ni de cáncer de mama ni de nada», dice. Pero un día, hace dos años, su pareja notó que ella tenía un bulto. La diagnosticaron y trataron con mucha rapidez en Povisa. Y lo más difícil no fue eso, sino saber que no iba a poder ser madre a corto plazo: «Me aconsejaron que no congelase los óvulos, porque son cinco años de tratamiento, no quieres hormonarte, tienes tanta información que en ese momento te asustas», explica.

No se arrepiente, pero aún busca la manera de conseguir tener hijos, probablemente con donación de óvulos. En la sanidad pública no lo hacen con mujeres que superan los 40 si no tenían una indicación previa. «Son 10.000 euros, tienes que pagarlo tú, no es justo», lamenta. Unos meses después de su diagnóstico, a su chico le detectaron un melanoma y han vivido juntos el proceso de la enfermedad, de la maternidad aplazada y de la curación.

Las dos mujeres están en la fase de mantenimiento de su tratamiento médico. Les ha ido bien. Agradecen la labor que hace la asociación Adicam en apoyo a las enfermas. También la facilidades que le dieron sus empresas. «Conozco a enfermas y maridos de enfermas que las han despedido. A mí en Interatlantic Fish me dijeron que estuviese de baja todo el tiempo que necesitase, que me querían pero que me querían bien».

¿Por qué alguien joven sufre un cáncer de mama? Cuando las causas son genéticas, la respuesta está clara. El caso de María es menos obvio. «Influye la contaminación medioambiental, la alimentación, la vida sedentaria, la obesidad, el alcohol...», detalla Rosa Mallo, «y cuando no hay alteración genética quiere decir que no está ninguno de los genes que se conocen ahora».

La autoexploración

María y Paloma se conocieron ayer en la redacción de La Voz de Galicia, antes de entrar en el programa de Radio Voz. Rápidamente se pusieron a compartir experiencias, problemas, diagnósticos y soluciones. Entre las cosas que sus dos historias tienen en común está que ambas se detectaron un bulto en el pecho y acudieron al médico. Muchos doctores desaconsejan desde hace años que las mujeres se autoexploren, sobre todo cuando son jóvenes, porque esta práctica puede conducir a temores innecesarios ante cosas que son variantes de la normalidad. La radióloga Rosa Mallo explica que no existe ninguna prueba de imagen ni analítica que se haya demostrado eficaz en cribados poblacionales de pacientes jóvenes. En Galicia se ha anunciado que las mamografías del programa de cribado se empezarán a hacer a las mujeres de 45 años (hasta ahora, eran 50).

Por eso, Mallo ve bien la autoexploración, pero en determinadas condiciones. «No recomiendo obsesionarse ni hacérselo todos los meses», dice. Su recomendación es que la exploración se haga entre 7 y 14 días después de la regla (contados desde el primer día de la mestruación), porque en los días del periodo o en los inmediatamente posteriores se puede acumular líquido y detectar alguna inflamación. La señal de alarma es que se detecte un bulto que está fijo, que no se mueve. «Se van a notar nódulos que están llenos de líquido, que es una variante de la normalidad. Si aparece, que se mueve y está bien definido, es mejor esperar a tener la regla y ver si sigue. Es una exploración difícil», advierte Mallo.