Los números de Yeremay: ¿cómo cuantificamos su talento?

TORRE DE MARATHÓN

Yeremay
Yeremay LOF

24 mar 2024 . Actualizado a las 21:10 h.

En el 2018 yo solía entrenar en el campo 4 de Abegondo, los sábados por la mañana alargábamos la sesión en el vestuario hasta que empezase algún partido del cadete o juvenil para ir a verlo. Aquella vez tocó ver el cadete. Un niño canario iba por el túnel de vestuarios, desganado, con la camiseta en la mano, le tocaba ser suplente, y Manuel Pablo, con un tono burlesco pero cariñoso, le dijo que algo malo tenía que estar haciendo para ser suplente, el niño se rio y se fue al banquillo. Entró en el campo cuando su equipo empataba a falta de quince minutos, bajo la atenta mirada de los míticos del Mundo del Fútbol: América, Javi, Cholo, Suso, los padres de los jugadores y Alfonso, No tardó ni un minuto en hacer cosas con el balón inimaginables para un jugador de su edad. ¡Qué manera de cambiar de dirección, arrancar y frenar! Parecía que estaba jugando contra muñecos. Como se suele decir, se reía de la peña; creo recordar que no bajó del medio del campo para defender en ninguna ocasión, a pesar de que el entrenador le insistía en que lo hiciese. El cadete ganó gracias a él.

Los números de Yeremay hasta este sábado eran poco defendibles para quienes decimos que es el mejor extremo de la categoría. Nuestro argumento es que genera mucho más que goles y asistencias, porque consigue atacar una defensa en bloque bajo por su talento y descaro, y cuando eres quien de hacerlo, el rival ya no puede ni defenderte por acumulación. Es lo mismo que le pasa a Correa en el Atleti, a Dembelé, o Vinicius. Futbolistas que merece la pena que pierdan muchos balones si es por atacar hacia adelante y no lo dejan de intentar. Pregunten a cualquier lateral qué perfil de jugador no les gusta defender: todos coinciden en el mismo, extremos verticales con y sin balón.

Está claro que hablar a toro pasado sobre el penalti y el segundo gol que convierte es fácil. Halagos y más halagos que se pueden convertir en el peor enemigo de un futbolista si no sabe gestionar la información. Donde yo quiero hacer especial hincapié es en su comportamiento dentro y fuera del campo, alejándose de un perfil polémico en ambos sectores y, lo que más me gusta, agradeciendo el apoyo de la gente que confía en el.

PDT: si el talento de Yeremay se pudiese cuantificar, o mejor dicho, si el big data fuese capaz de hacerlo, Yeremay no estaría aquí. Bendito apestoso fútbol moderno.