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La gripe aviar se extiende entre vacas lecheras de EE.UU.

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

PEPA LOSADA

Las autoridades han confirmado ya una veintena de positivos en siete estados diferentes, el último en un rebaño lechero de Carolina del Norte

15 may 2024 . Actualizado a las 14:02 h.

El Laboratorio Nacional de Servicios Veterinarios de Carolina del Norte ha detectado un nuevo caso de gripe aviar en un rebaño lechero de este estado. Este es el último positivo de una enfermedad que ya ha sido encontrada en vacas de otros seis estados diferentes, como Nuevo México, Texas, Kansas, Míchigan, Ohio y Idaho y cuyo primer positivo en vacas se registró el pasado 25 de marzo. 

«Esta es una situación en evolución y estamos esperando más diagnósticos. Trabajaremos en colaboración con nuestros socios federales y productores de leche en Carolina del Norte», aseguró Steve Troxler, comisionado de Agricultura en este estado. Hasta ahora, se han suspendido el movimiento de ganado de los rebaños afectados. «Hemos pasado años desarrollando métodos para manejar la gripe aviar en aves de corral, pero esto es nuevo y estamos trabajando con nuestros socios estatales y federales para desarrollar protocolos para manejar la situación», añadió al tiempo que quiso dejar claro que no preocupa a las autoridades «la seguridad o disponibilidad de los productos lácteos pasteurizados en todos el país». 

 

Los primeros positivos entre vacas lecheras en EStados Unidos se encontraron en muestras clínicas no pasteurizadas de leche de ganado enfermo, recolectadas en dos granjas lecheras de Kansas y Texas. En esas explotaciones también se encontraron aves silvestres muertas, lo que hace pensar que la enfermedad llegó a los rumiantes a través de ellas. 

Desde entonces, las autoridades han detectado hasta una veintena de casos. Texas es el estado más afectado, pues en él se han encontrado hasta nueve positivos. Le siguen Nuevo México, con otros cuatro; Kansas, con tres mas; Míchigan, con dos; y Ohio, Idaho y Carolina del Norte con un positivo cada uno.  

Las autoridades aseguran que las pruebas iniciales realizadas por los laboratorios no han encontrado cambios en el virus que lo hagan más transmisible a los humanos, lo que indica que el riesgo actual para el público sigue siendo bajo. También aseguran que no hay preocupación sobre la seguridad del suministro comercial de leche y sobre que esta represente un riesgo para la salud del consumidor. Primero, porque las granjas está obligadas a comercializar solo leche de animales sanos, ya que la de las vacas enfermas se está destruyendo para que no entre en el suministro de alimentos. Además, se ha demostrado que la pasteurización inactiva las bacterias y virus, como el de la gripe, en la leche.

Las agencias federales también están trabajando con la industria para animar a los granjeros y veterinarios a informar rápidamente de las enfermedades del ganado, con el fin de que se puedan monitorear nuevos casos y minimizar así el impacto para los granjeros, consumidores y otros animales. En las granjas donde hay animales con síntomas, solo se ve afectado el 10 % del ganado, con poca o ninguna mortalidad asociada. Hasta la fecha, insisten las autoridades americanas, la pérdida de leche resultante del ganado sintomático es demasiado limitada para tener un impacto importante en la oferta, por lo que consideran que no debería haber ningún impacto en el precio de leche y de otros productos lácteos. 

Menos producción y pérdida de apetito, síntomas de las enfermedad

El protocolo de actuación en las granjas americanas establece que los veterinarios deben informar inmediatamente a las autoridades cuando se encuentren animales con síntomas como la disminución en la producción de leche, la caída repentina y aguda en la producción de algunas vacas cuya leche, además, es más espesa, concentrada y similar al calostro y la disminución del consumo del alimento con una caída simultánea de la motilidad rumial. Otros síntomas que presentan estos animales también son heces anormales, pegajosas o sueltas, letargo, deshidratación y fiebre

Los casos iniciales indicaron que las vacas mayores en mitad de la lactancia podían tener más posibilidades de verse gravemente afectadas que las más jóvenes o recién nacidas. Pero datos adicionales indican que el ganado más joven también se está viendo afectado por la enfermedad.