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Menor demanda industrial y bajada de precios moderan la facturación de los dueños del monte tras un 2022 excepcional

M.Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

FORESTAL

MARTINA MISER

El año pasado ingresaron por las cortas de madera 276 millones de euros, 72 millones menos que el ejercicio anterior, tras comercializar  9,2 millones de metros cúbicos de madera

24 abr 2024 . Actualizado a las 09:23 h.

Los árboles son una gran fuente de ingresos para los dueños del monte. En torno al 98% de la madera cortada es de propietarios privados, tanto particulares como comunidades de montes. Solo por la explotación de ese recurso facturaron el año pasado en Galicia 276 millones de euros, según los cálculos de la Asociación Forestal de Galicia en base a los datos de la Consellería do Medio Rural. Y fue el eucalipto el que más dinero les dejó (168,7 millones de euros frente a los 101,3 millones que les dejaron los pinos o los 6,6 millones de euros de las frondosas). Después de un año excepcional, el 2022, en el que la facturación se elevó hasta los 348 millones de euros de la mano del aumento del precio de la madera impulsado por la alta demanda, tanto el volumen de cortas como la facturación retomaron las medias de ejercicios anteriores.

De hecho, el total de cortas fue el año pasado de 9,2 millones de metros cúbicos frente a los 10,7 millones alcanzados un año antes. Ese ligero descenso (las talas de eucalipto bajaron un 10 %, mientras que las de pino descendieron un 23 % con respecto al año anterior) se debe, según explican desde la Asociación Forestal de Galicia, a la menor demanda industrial de madera y a la bajada de precios.

Aunque la cotización de la madera varía notablemente en función de la calidad o de las características o accesos de las fincas en las que crecen los árboles, el año pasado el precio medio de la rolla selecta de pino estuvo en torno a los 70 euros por metro cúbico; la rolla de primera y segunda categoría estuvo en el arco de entre 30 y 40 euros por tonelada, mientras que el puntal para trituración estuvo en torno a los 20 euros por metros cúbico.

En el caso del eucalipto el precio osciló de media entre los 29 y 31 euros por tonelada en pie y con cáscara. Ahí no está aplicado todavía el IVA.

Pero más allá de estos datos lo que hay que tener en cuenta es que el monte gallego tiene mucho potencial todavía por explotar. Un potencial que no solo se queda en la explotación de la madera de especies como el eucalipto, cuyo principal mercado es la pasta de papel, o el pino, una especie usada para la elaboración de nuevos materiales utilizados en madera estructural como el CLT. La madera de frondosas autóctonas es un ejemplo de todo ese potencial que todavía no está suficientemente explotado en Galicia. De hecho, estos bosques han comenzado su reconversión para poder aprovechar mejor los recursos que generan. 

La razón de la infrautilización de este tipo de materia prima es que su destino suele ser la leña debido a que no alcanza la calidad suficiente para ser usada en sectores como la construcción o la confección de muebles de calidad. Pero no tendría por qué acabar alimentado unas estufas. Porque como comentaron el pasado mes de febrero en el congreso Las frondosas autóctonas, ¿la resilencia del sector forestal?, organizado en Lugo por la Axencia Galega da Industria Forestal en colaboración con la iniciativa europea RESONATE, podría usarse para elaborar productos de más valor añadido como tarjetas de crédito o hasta productos cosméticos. De esa forma los propietarios forestales podrían obtener ingresos para invertir en silvicultura y lograr, a medio y largo plazo, bosques capaces de producir frondosas con madera de alta calidad que cumplirían también su función de protectores de la biodiversidad y medio ambiente.

Pero más allá de eso hay que pensar en un monte multifuncional, donde los dueños del bosque puedan completar su cartera con aprovechamientos como las castañas, las setas, el silvopastoreo o con servicios ecosistémicos com olos créditos de carbono.