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Las restricciones de la gripe aviar golpean a los pequeños criadores: «Para as razas autóctonas é unha gran desgraza»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

AGRICULTURA

En la feria de Parga, a diferencia de otros lugares, aún se venden aves.
En la feria de Parga, a diferencia de otros lugares, aún se venden aves. Óscar Cela

Ferias como la de Parga siguen dando salida a aves, mientras en otras localidades ya no se venden

27 oct 2023 . Actualizado a las 21:34 h.

La agricultura y la ganadería a pequeña escala tienen su sitio en ferias y mercados. También la avicultura, que en los últimos tiempos se enfrenta con un contratiempo, derivado de los casos de gripe aviar. Las restricciones que impuso la Xunta (recogidas en el decreto 637/2021, del 27 de julio) afectan a la presencia de aves allí donde solían concentrarse compradores y vendedores.

En algunos casos, con esa medida fue desapareciendo una actividad que ya era escasa. En otros también desapareció, aunque el peso de la avicultura era mayor. Hay un tercer caso, el de aquellas ferias en donde se mantiene esa actividad porque se cumplen las indicaciones que marca la administración autonómica: así ocurre en Parga, en donde las dos ferias mensuales no están organizadas por el Concello de Guitiriz sino por una entidad privada, la asociación de propietarios del campo de la feria.

Lo que se hace en el campo de la feria de Parga dos veces al mes es llevar un control de las entradas y de las salidas y desinfectar las zonas de las aves, que ocupan un espacio destinado específicamente para ellas, antes y después de la feria. Para el presidente de la asociación organizadora de los mercados, Xesús Barreiro, la decisión tomada ha sido beneficiosa: así, decía este jueves, no solo hay vendedores de aves que ya no acuden a otras ferias, sino que la animación general de la villa se ha visto favorecida.

Carmen Barral, que cría aves en Lugo, acude a la feria de Parga. Centra su actividad en razas tradicionales que se han ido recuperando en los últimos años, como la Galiña de Mos y la Galiña Piñeira, y asegura que la reducción de mercados donde vender ha sido un golpe. «Para as razas autóctonas é unha gran desgraza», dice. Solo la feria de Parga y algún certamen monográfico le permiten dar salida a sus animales.

El precio de cada animal puede andar entre 25 y 30 euros, aunque asegura que ese precio, mayor que el de otras aves, se compensa por los siete u ocho años de rendimiento que se consiguen. Ella sigue vendiendo, pero otros, con menor actividad, no. «Hai xente que vendía os excedentes. É un problema para o rural», dice.

Condiciones difíciles de cumplir

Mientras tanto, en localidades como Vilalba, en donde la feria mensual tiene lugar el domingo siguiente al día 1, falta ahora la venta de aves. Para el concejal de Servizos, Eduardo Vidal, afirma que «cumprir as condicións da Xunta é imposible». Pensar en un cambio a corto plazo parece improbable: «Non é viable», considera el edil.