Novais, un enigma junto al Tambre

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

En Val do Dubra, visitar las ruinas que dan nombre a una de las últimas aldeas electrificadas de España permite conocer una ruta fluvial con pesqueiras, una antigua hidroeléctrica, un castro y restos de un castillo

23 mar 2024 . Actualizado a las 12:41 h.

Pocas comarcas pueden competir en patrimonio con la de Compostela. Por eso, ante una oferta tan vasta hay lugares de su territorio marcados por el olvido, hasta el punto de que sus orígenes siguen siendo una incógnita. Esto le ocurre a la Capela de Novais, en la parroquia dubresa de Portomouro. Todo apunta a que su manufactura es románica, pudiendo remontarse al siglo XI, y que en algún momento fue reconstruida sin mucho rigor, ya que los espacios para las vigas de madera salpican sin lógica las paredes y en el suelo hay restos evidentes de que este templo, que puede estar ligado a la historia de la finca de Cernadas, adscrita durante siglos al convento de San Martiño Pinario de Santiago, funcionó como cuadra para animales.

Su reducido tamaño es desproporcionado a la belleza de la capilla y su entorno, muy cerca del río Tambre, y entremezclada con varias construcciones abandonadas pocos años después de que esta minúscula aldea fuese una de las últimas de España en disponer de energía eléctrica. Y eso que Tambre abajo hay una central hidroeléctrica, O Remuíño, también abandonada, cuya visita es tan obligada como la de la capilla de Novais. Para acceder a las ruinas la mejor opción es acercarse hasta Portomouro, un núcleo con una arquitectura civil que también merece un vistazo y con una infraestructura hostelera necesaria para el recomendable avituallamiento antes de un recorrido que en breve estará identificado por una ruta turística circular, de unos dieciséis kilómetros, en la que está trabajando el Ayuntamiento de Val do Dubra.

Vistos estos vestigios de la mano del hombre, la naturaleza toma el relevo por una cómoda ruta senderista con arboleda autóctona de ribera, un lujo cuando se eligen los meses de verano para gozar de este itinerario con pesqueiras y que al pasar O Remuíño regala desconocidas vistas panorámicas del Tambre en las que una mirada experta puede descubrir un castro.

Continuar hasta el Castelo de Portomeiro, construido sobre un castro y con acceso dificultoso por su altitud, es una opción para conocer otro enclave significativo para Val do Dubra y también para la historia de Compostela, ya que las excavaciones anuales en las que participa la USC confirman este lugar como un yacimiento que puede desvelar muchas incógnitas de la Baja Edad Media en las tierras de Santiago.

PACO RODRÍGUEZ

Antes o después de acercarse a Novais es obligado conocer A Pedra do Home, a la que se llega en automóvil. Es una roca de grandes dimensiones correspondiente a un antiguo cementerio cristiano con tres sepulcros antropomorfos, con la cabeza orientada hacia poniente, y posiblemente datados al inicio de la Edad Media. También conocida como A Pedra dos Mouros, el imaginario colectivo la convirtió en depósito de un rico tesoro, por lo que en los años 50 del siglo XX fue dinamitada por un particular, provocando graves daños a la roca. Dada la altura de su emplazamiento, A Pedra do Home, también en Portomouro, es un excelente mirador de la confluencia de los ríos Dubra y Tambre.