Lydia Cacho: «Hay millones de hombres que consideran que es una traición social de las mujeres decir que el consentimiento es necesario en una relación sexual»

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

XOAN A. SOLER

«En todos los países en los que han reglamentado la prostitución han empoderado más a las redes de trata», dice la periodista mexicana que destapó una red de compra de niñas y niños para la explotación sexual entre poderosos en México, que la obligó a exiliarse en España

23 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

No se ha arrepentido ni un segundo. La periodista Lydia Cacho (Ciudad de México, 1963) lleva cuatro años exiliada en España por destapar una red de trata de niños para explotación sexual que le ha valido numerosas amenazas de muerte. Este jueves ha estado en Santiago, invitada por el grupo de investigación de la USC HistAmérica en colaboración con la Oficina de Igualdade de Xénero, para hablar de cómo en los 60 y 70, cuando España vivía en una dictadura, en México se conformaban muchos de los grandes movimientos sociales que aún hoy sostienen el tejido social de México, y que son fundamentalmente de mujeres.

—Una de las cosas que más impacta es como explica que los hombres que abusan de niñas y niños lo hacen por una cuestión de poder, de que se han aburrido de comprar mujeres adultas. 

—Justamente esta mañana estaba estaba viendo lo de la sentencia de Dani Alves y me llama la atención cuan poca gente hace análisis correctos sobre lo que significa y por qué tanta gente lo defiende diciendo que siendo un hombre con tanto acceso al poder, al prestigio y demás es capaz de violar a una mujer. Lo que no entienden es por una parte lo que tiene que ver con los mecanismos de poder y la erótica del poder dentro del propio hombre, como se mira a sí mismo, y por otra todos los mecanismos que tienen que ver con el tabú. Todos estos hombres han construido su sexualidad alrededor de la pornografía y de la violencia sexual y de la conquista, que en términos del del romanticismo tradicional está totalmente relacionado no solo con conquistar a la mujer, sino con colonizar a la mujer.

Hay mucha ideología detrás de eso que es invisible para hombres y mujeres por igual, pero cuando haces un análisis de esta naturaleza, de un hombre adulto que viola a una mujer como el caso de Daniel Alves o de un de un hombre adulto que empieza a tener sexo con chicas cada vez más jóvenes... Hablemos por el momento de pedófilos que tienen sexo con niñas. Lo que sucede en ese momento es que ellos necesitan otros tabúes. La cultura ha hipersexualizado de tal forma las mujeres que ha ayudado a que su se naturalice y en la medida en la que se naturaliza, ellos sienten que no tienen poder sobre las mujeres que tienen poder sobre su sexualidad. Necesitan romper ese esquema. A través del tabú pueden adquirir más poder de su virilidad, que implica su sexualidad y que implica su poder político y presencial. Por eso empiezan a tener sexo con niñas más jovencitas. 

En todas las conversaciones que que tenían todos estos tratantes de mujeres y niñas a los que ha investigado a lo largo de 30 años se descubren los mismos patrones de comportamiento. Ellos no se ven a sí mismos como unos pedófilos, de hecho muchos de ellos dicen qué barbaridad son unos corruptos o unos asquerosos estos que tienen sexo con niñas pequeñitas, pero ellos lo tienen. Ellos creen que es equiparable a la autonomía de una mujer adulta para tener sexo con quien quiera que una niña de 15 o 16 años que dice que tiene independencia porque escuchó sobre el feminismo porque siente que es dueña de su cuerpo.

—Equiparable al consentimiento.

—El consentimiento tiene que ver con una noción que tenemos las mujeres y algunos hombres, evidentemente, que han evolucionado. Tiene que ver con un proceso de autonomía de las mujeres, porque en el sistema del amor romántico y en la sexualidad violenta el propietario de todas las decisiones siempre ha sido el hombre, y la mujer siempre es la receptora de todas las decisiones. Lo que sucede con los pederastas, abusadores, violadores, es que en la medida en que avanza la libertad sexual de las mujeres hay cada vez menos tabúes y ellos necesitan un tabú para romper. En la medida en la que nosotras hemos avanzado, ellos se sienten emasculados. La virilidad masculina está directamente relacionada con su sexualidad.

—Y con el dominio.

—Y con el dominio. Por eso todo el discurso de la erótica masculina está relacionado con elementos de guerra. Todo el lenguaje pornográfico, incluso en novelas eróticas, todo está relacionado con eso. Estos hombres que deciden romper el tabú de la mujer adulta para irse hacia los niños cada vez más jóvenes hasta llegar a menores de edad, empiezan a perder la noción de los límites que hay, sean o no psicópatas. Casi todos los estudios coinciden en que menos del 10 % de los pederastas son psicópatas. El 90 % son conscientes de lo que están haciendo, pero consideran que está bien hecho porque la niña sonríe, porque recibe, porque lo quieren... Ellos dan por hecho que eso es una especie de consentimiento, pero no les interesa el consentimiento, no está en discusión con ellos. Si la niña consintiera afablemente ya no les interesaría. Hay un elemento de conquista, pero para la colonización del cuerpo y de la voluntad de la niña. Esa es la gran diferencia en la psicología del abusador.

—Habla de romper tabúes y de naturalizar. ¿Es eso lo que ocurre con el acceso cada vez más temprano a la pornografía, que están rompiéndose cada vez más tabúes?

—Totalmente. Acabo de publicar Rebeldes y libres y en las entrevistas a todas las niñas es impresionante como elaboran su miedo a la violencia sexual o a una sexualidad violenta e impositiva que tiene que ver con el consumo de pornografía. En España estamos en un momento clave para entender que hay que tener mucho cuidado con cómo se cubre este tema, porque culpabilizar a los niños que tienen entre 11 y 13 años que empiezan a consumir pornografía es absurdo e injusto, porque donde deberíamos enfocarnos es en los productores de pornografía que tienen toda una estrategia tecnológica y económica inmensa para crear un nuevo mercado con los adolescentes y preadolescentes. 

Hay toda una estrategia bien elaborada por estos personajes que viven en España, que han salido de otros países porque los gobiernos no les permiten hacer ciertas cosas y España no los investiga. Estoy investigando a todas las mafias que producen pornografía en España y sobre todo que están utilizando las tecnologías para hacerles llegar pornografía involuntariamente a los niños, es decir, sin la voluntad de los niños, la pornografía a través de redes incluida a Whatsapp y Telegram y canales de ese tipo.

—Miramos hacia México con escándalo por una violencia brutal que se está dando también a nuestro lado, porque dice que las redes de explotación se replican también en Europa y en España. ¿Somos hipócritas?

 —Sí, sí hay una gran hipocresía en la sociedad y sobre todo un un sentido de superioridad que hace muchísimo daño a la sociedad española en particular. Ese sentido de superioridad de creer que como son un país democrático, un país europeo, un país eminentemente blanco... Hay una gran hipocresía porque siempre creen que el mal está del otro lado. Y al mismo tiempo es un país que está muy aislado dentro de la propia Europa. México está totalmente vinculado histórica y culturalmente con los Estados Unidos, con Guatemala con Nicaragua, con El Salvador... Hay una convivencia cultural y un intercambio sistemático lingüístico, artístico, cultural y político para lo bueno y para lo malo. España no tiene ningún vínculo verdaderamente activo ni con Portugal ni con Francia y ese aislamiento ha hecho que la gente en España sienta que tiene una mejor política, un país menos corrupto de lo que en realidad es... Hay una negación inmensa que creo que justamente viene de la dictadura, que es muy reciente en términos históricos. De pronto fue ya somos democráticos, todo está bien. Y abajo de la alfombra un montón de problemas que están empezando a salir. España tiene el problema enorme e histórico con las mujeres rumanas, ucranianas, rusas etcétera en explotación sexual y prostitución forzada, con la trata de mujeres.

—Pero somos incapaces de abordar el debate de la abolición de la prostitución. De enfrentarse a la esclavitud. 

—Sí, llevo muchos años trabajando en eso alrededor del mundo, contrastando las leyes que se han creado en diferentes países tanto para abolir como para para regularizar y legalizar la prostitución y de lo que te das cuenta es de que en todos los países en los que han reglamentado la prostitución han empoderado más a las redes de trata. Se vuelven a crear clases, es como funciona el patriarcado. Hay diferentes clases de mujeres explotadas y te dicen tú no vas a estar explotada porque vas a ser VIP. Eres blanca, vienes de tal país y te trataremos como una no esclava, es decir, como una mujer que voluntariamente está en esto, aunque no sea verdad. Te dirán que tienes ciertos privilegios y si tú no te comportas de esta manera, vas a perderlos, que es como funciona el capitalismo patriarcal. A las de otras razas, otras economías y otras culturas sí las dejan como esclavas. Entonces, viven con el miedo perenne y por eso las que están en el contexto VIP dicen que lo hacen voluntariamente, porque a ellas les dan dinero mientras a las otras no es alcanza ni para comer. Pero muchas, cuando salen de eso se dan cuenta de cómo vivían. 

—De que en realidad no habían elegido voluntariamente.

—La autoexplotación es lo que utilizaron históricamente los esclavistas para convencer a las personas africanas que llevaban explotadas a Estados Unidos y otros países para trabajar en los campos de algodón. Es lo que le dicen a los emigrantes mexicanos en Estados Unidos cuando no les pagan nada, sino apenas les dan casa, o aquí en España, en Murcia, en Huelva, donde tienen a personas semiesclavizadas.

Hay una gran hipocresía, en el mundo entero, en la falta de interés para discutir la esclavitud humana en el ámbito de la sexualidad. Eso está abriendo la puerta a que las redes de tratantes busquen cada vez personas más jóvenes para explotar, es decir, niñas y niños. En la medida que las feministas hemos descubierto nuestra autonomía y nuestra capacidad para tomar sobre nuestro cuerpo, para decir no y para hablar de consentimiento abiertamente, lo que se ha desatado es una rabia sobre la cultura de los hombres. Hay millones de hombres que consideran que es una traición social de las mujeres decir que el consentimiento es necesario en una relación sexual, porque entonces les estamos arrebatando a los que creen en eso la posibilidad de ser los conquistadores. 

—Y por lo tanto ser hombres. 

—Y eso es imperdonable. Si te quitan el estatus de conquistador se debilita tu virilidad, te quita la hombría y la masculinidad y no eres otra cosa que un marica o una mujer y eso es peligrosísimo y particularmente para un país tan machista como España. Ellos están sintiendo esta pérdida colectiva e individual. Y encima son incapaces de hacer esta reflexión tan sencilla que acabamos de hacer nosotras. No pueden ver los pasos que han sucedido en el momento en que las mujeres hemos convertido el movimiento feminista en movimiento civilizatorio, que es lo más importante para mí. No entienden que no es que les estemos arrebatando derechos, es que por fin nosotras tenemos derechos y estamos creando una cultura de derechos igualitarios.

—¿Realmente la estamos creando? En Rebeldes y Libres habla con jóvenes de la generación Z y se ha abierto el debate sobre si hay un retroceso en igualdad. 

—Después de trabajar en la investigación de Rebeldes y Libres comencé a entrevistar niños y adolescentes varones y me conmueve muchísimo primero la búsqueda honesta y los miedos que tienen, que son absolutamente válidos. Yo no he encontrado esto. Recuerdo aquella encuesta del CIS que los titulares fueron que el feminismo hacía daño a los hombres y que se había llegado demasiados lejos con la igualdad. Si revisas la muestra y las preguntas el porcentaje de personas entrevistadas es absolutamente menor para convertir eso en un debate nacional. Es un pequeño diagnóstico menor de lo que puede suceder en un país tan grande. 

Efectivamente, España es un país que ha tenido muchos avances en términos legislativos y discursivos en el ámbito de la política sobre la igualdad. Ahora, lo que lo que sucede en el día a día es muy distinto a la realidad que van anunciando la ministra de Igualdad o quien quiera que haya ido en los últimos años al Parlamento Europeo a presumir de todos los avances españoles. Eso le sucede a todos los países. México tiene unas maravillosas leyes contra la violencia feminicida y contra la trata de personas, pero de eso a que se cumplan realidad hay un abismo. Si vieses técnicamente como están elaboradas las leyes en México o en España contra la trata de personas dirías qué país tan evolucionado en términos jurídicos. Pero al ver como traspasa a los tribunales a la investigación policial y vas bajando toda la pirámide y encuentras que la base está todavía totalmente en pañales.

Es muy peligroso que las y los políticos vayan por ahí presumiendo tanto de los avances cuando son una idealización. España vive en eso, México es mucho más autocrítico. Las y los políticos tienen esa sensación de que están mucho mejor de lo que están. Les encanta presumir de que todo está estupendamente bien. Y cuando revisas cómo funciona en términos de bienestar social la atención a las víctimas de todas las violencias te das cuenta de que no hay reparación integral del daño a la víctima. 

—Solo hay que ver lo que ha ocurrido con el juicio a Dani Alves, que para muchas ha lanzado un mensaje de impunidad.

—Cuando llegué a España empecé a investigar a fondo cómo funcionan las leyes y cómo eran las penas y cuáles son los casos más simbólicos en España de juicios contra pederastas y tratantes de niñas y niñas. Las penas máximas que se han dado a pederastas en España, confirmado plenamente el delito, son tres y cuatro años. En México, con el caso que yo perseguí, y aquí hay varios similares, logramos 112 años de prisión. Entonces, los otros poderosos como él sabrán que si se vuelven a meter con niña y alguna periodista que les investigaban nunca van a salir de prisión. Esto es lo que tenemos que hacer. 

—Me gustaría hablar de Ciudad Juárez y vuelvo a aquella pregunta sobre escandalizarnos con la violencia en México cuando, salvando las distancias, los registros dicen que desde el año 2003 se ha asesinado en España a más de mil mujeres. 

—El otro día estaba hablando con una de las expertas del grupo de feminista que monitorea los feminicidios en México, que tiene un promedio de 10 feminicidios al día, pero es porque el observatorio está todo el tiempo revisando todos los expedientes de todo el país. En España todavía no tenemos eso. Si tuviésemos un observatorio igual y contrastamos con con respecto a la población de México y la de España, mucha gente se empezaría a preocupar.

Por otro lado, lo de Ciudad Juárez fue un fenómeno que tiene muchos elementos: es una ciudad fronteriza con la presencia de la delincuencia organizada, con la presencia de extranjeros que iban a consumir sexo comercial, hay mujeres esclavizadas en la prostitución, sobre todo muy jovencitas, y con los negocios de la esclavitud laboral de las de las chicas.

Si tú te pones en España a ver los sitios donde más violencia contra las mujeres hay y los sitios donde más fuerza política económica y social tienen los grupos de delincuencia organizada ahí empezarías a sacar algunos patrones de comportamiento y de la violencia contra mujeres muy interesantes. Las periodistas lo podemos hacer, pero si nosotras lo podemos descubrir ¿qué está haciendo el Gobierno para para detenerlo? Porque ahí está lo de Barbate. Ya lo vivimos en América Latina y sabemos perfectamente cómo comienza esto y también sabemos cómo sigue y cómo termina.

Lo interesante es que hay una pax mafiosa con los gobiernos. Pero en el momento que se empiezan a romper los códigos o entran otros grupos mafiosos, que es lo que está sucediendo en el mundo entero, porque son delincuencia transnacional, empiezan estas pequeñas batallas que primero son silenciosas pero de repente ya se empiezan a subir y ya no les importa hacerse tan visibles. España está en un momento crucial para tomar decisiones importantes que se relacionan con cómo funciona la delincuencia organizada dentro del mapa nacional y eso enfocado con perspectiva general para las niñas y los niños.