Así hicieron tres gallegas la decoración de la fiesta oficial de los Goya: «Construimos instalaciones verdes inspiradas en montañas»

SOCIEDAD

Lorena Feijoo, Anxela Rodríguez y María Vázquez Arias el sábado en Valladolid
Lorena Feijoo, Anxela Rodríguez y María Vázquez Arias el sábado en Valladolid

María, Lorena y Anxela llevaron desde Galicia a Valladolid todo el mobiliario, flores y plantas de la fiesta que siguió a la gala

12 feb 2024 . Actualizado a las 12:47 h.

Tres mujeres gallegas, tres mentes creativas detrás de la fiesta oficial «after Goya». Desde Galicia a Valladolid. María Vázquez Arias es la directora creativa de Consentido, un pequeño estudio de Pontedeume, que no tiene miedo a enfrentarse a grandes retos como esta fiesta para 3.000 invitados. Lorena Feijoo, a la cabeza desde Ponteceso del estudio de interiorismo Huis Clos, que además tiene una larga experiencia en organización de eventos. Y Anxela Rodríguez, detrás del taller floral Bendita Flor de A Coruña, que desde el primer momento dijo «estoy dentro».

¿Cómo se gestó todo? Una llamada inesperada fue la semilla que culminó en la fiesta de este sábado. María estaba en noviembre haciendo una sesión de fotos en el restaurante de Martín Berasategui con David de Jorge y, justo en ese momento, sonó su teléfono. Era una de las personas de la organización con la que ya había trabajado en otras ocasiones y que le propuso realizar la decoración de la fiesta oficial que siguió a la gala. «Lo vi como una oportunidad para participar en un evento en el que jamás me imaginé que podría estar y vivirlo como una experiencia», recuerda. Tras esa primera llamada, María se puso a buscar profesionales del interiorismo como primera pata para el reto. Ahí apareció Lorena, de Huis Clos.

«Recibí un mail en el que me pedían presupuesto para realizar la fiesta postgala. La verdad es que al principio, cuando leí Premios Goya, pensé que era una broma. Hasta me puse a buscar todos los datos de María y su empresa porque no me lo creía», recuerda. Para cerrar el círculo, llegaron las flores de la mano de Anxela. «Lorena me dijo, "si esto es real, ¿te vienes? Necesitamos ilusión y energía". Y yo la verdad que respondí que sí a todo, sin pensarlo», dice la florista.

Ahí comenzó el trabajo de tres empresas gallegas lideradas por mujeres. Búsqueda de inspiración, del concepto que se quería trasladar a la fiesta, compra de mobiliario, diseño de espacios... Las tres llegaron a su primera toma de contacto a Valladolid hace unas semanas y lo primero que se encontraron fue un espacio «gigantesco». En este punto tenemos que explicar que se trata de una nave enorme, desde la parte que acogió la Gala de los Goya, se accedía directamente al gran espacio de la fiesta posterior. «La dificultad añadida, además, es que el espacio no tenía ningún encanto, no deja de ser una feria de muestras en la que se hizo una construcción de cero», explica Lorena.

Anxela y Dani de Bendita Flor en el Photocall de la fiesta
Anxela y Dani de Bendita Flor en el Photocall de la fiesta

«Queríamos estar a la altura del evento. Quieras o no, son los Goya, no es ninguna broma», cuenta entre risas María. Desde el miércoles que llegaron a Valladolid con todo el equipo fue un no parar. Todos estos días los pasaron en el corazón de los Goya.

Uno de los mayores retos fue decorar el llamado «rincón del silencio». Se trata de una gran sala insonorizada construida para buscar un espacio más relajado en el que poder hablar tranquilamente. «Ahí hicimos instalaciones verdes, inspiradas en montañas para trasladar la naturaleza a ese gran rincón. El objetivo era transmitir paz», explica Anxela. También hubo guiño a Galicia con esas estructuras de montañas que construyeron Anxela, Daniel y Bea de Bendita Flor.

Anxela, Dani y Bea de Bendita Flor creando las estructuras inspiradas en montañas que fueron parte de la decoración
Anxela, Dani y Bea de Bendita Flor creando las estructuras inspiradas en montañas que fueron parte de la decoración

A Valladolid llegaron «300 cajas de musgo desde Galicia», que junto con el resto de flores y plantas, llevó el vivero Viva Flor desde Ferrol. Crisantemos, claveles, hortensias, calas...Todas en una gama cromática burdeos como un guiño al vino, que contrastaban con amapolas y anémonas blancas para darle un punto de luz.

El estudio de interiorismo Huis Clos compró el mobiliario, treinta módulos de sofás, puffs, espejos, pasando por las lámparas y una larga lista de detalles. Todo llegó a la nave de la empresa y después, otra vez la ruta, Galicia-Goya con Lorena y su marido, Rafael Castro, también interiorista, recepcionando cada pieza.

La llamada «sala del silecio» de la fiesta posterior a los Goya
La llamada «sala del silecio» de la fiesta posterior a los Goya

Anxela, Lorena y María coinciden en que ha sido una experiencia inolvidable. Viendo los ensayos de la gala, desde Estopa a Amaia o Bisbal. Mientras ellas iban de un lado a otro, se encontraban a los bailarines ensayando, a todos los técnicos de sonido e iluminación o a los presentadores saliendo de sus camerinos. «Lo mejor es que, aunque parecía una película, todos estábamos igual, trabajando. Todo era muy natural», dice María.

A Anxela se le quedó grabada una imagen: «el viernes salía de su camerino Ana Belén, espectacular con el vestido principal llevó en la gala y de la mano de Víctor Manuel, que la ayudó a subir al escenario. Me pareció súper bonito. Es increíble ver eso».

Todos estos días comieron en la mesa de al lado de Los Javis, por ejemplo. Y así muchas anécdotas que nunca olvidarán. Una aventura que terminó este domingo en el que hubo que recoger todo. Eso sí, antes todas estuvieron invitadas a la fiesta después de la gala. Otra experiencia. Ahora la ruta inversa: Goya-Galicia.