Miguel Carballeda, presidente de la ONCE: «Cualquiera puede tener un accidente mañana y convertirse en discapacitado»

María Viñas Sanmartín
maría viñas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

JOSE RAMON LADRA

Sobre la reforma del artículo 49 de la Constitución, admite que cambiar una palabra «no arregla nada», pero sí ayuda a concienciar

21 ene 2024 . Actualizado a las 12:00 h.

El pasado jueves, el Congreso aprobó por amplia mayoría sustituir el término «disminuidos» en la Constitución por «personas con discapacidad». «Después de 20 años peleando por ello, lo hemos conseguido —celebra el presidente de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), Miguel Carballeda (Pontevedra, 1959)—. Es cierto que una palabra no arregla nada, no nos da de comer, pero para nosotros es importante, ayuda a concienciar a la ciudadanía y es algo por lo que llevamos luchando mucho tiempo».

—Dice que a la sociedad le cuesta entender lo que supone este cambio, que debería ponerse en sus zapatos.

—La ONCE tiene 85 años, los cumplimos el pasado 13 de diciembre. Y llevamos todo ese tiempo tratando de concienciar a la sociedad española, porque cualquiera puede convertirse mañana en discapacitado, ocurre todos los días. Ahora mismo, en alguna carretera de España está produciéndose un accidente de tráfico, y alguna persona va a morir, pero otras van a quedarse el resto de sus vidas en una silla de ruedas o tras un bastón blanco.

—¿Qué porcentaje de la población española sufre algún tipo de discapacidad?

—En torno al 10 %, porque somos casi 4 millones y medio de personas. Cada día llama gente a nuestra puerta, recibimos a víctimas de accidentes de tráfico, accidentes laborales, explosiones, incendios… Tenemos compañeros que eran bomberos, tenemos militares, tenemos policías, tenemos víctimas del terrorismo. Tenemos gente que prácticamente se ha quedado ciega a consecuencia de la droga, y el consumo está volviendo a crecer. Y hay quien se queda como un vegetal, como se dice cotidianamente, pero a otros hay que recuperarlos, rehabilitarlos para que vuelven a engancharse a la vida en otras circunstancias. Y lo más importante es poder proporcionarle después un empleo para que se sientan personas.

—La nueva redacción del artículo 49 de la Constitución menciona específicamente a las mujeres y a los menores con discapacidad. ¿Sufren una doble discriminación?

—Sí. Sigue pasando que a grupos de chicos discapacitados se les prohíbe el acceso a cafeterías y pasa que hay muchas mujeres con discapacidad que sufren violencia de género. Por cada mujer que muere víctima de violencia machista hay diez mujeres con discapacidad que sufren violencia de género. Las mujeres con discapacidad sufren más violencia de género que las mujeres sin discapacidad, pero además en muchos casos es esta violencia la que provoca la discapacidad, porque las tiran por la escalera, por el balcón, les propinan puñetazos en los oídos que les generan sordera.

—Un tuitero muy popular mencionaba estos días que cuando habla de discapacidad pierde seguidores. ¿Incomoda este tema?

—Cada vez menos, posiblemente sea más una cuestión de desconocimiento y temor a ofender, a que cuando hablamos de discapacidad el interlocutor que tiene discapacidad se enfade porque no utilizamos los términos oportunos, correctos. Yo quiero hacer un ruego, quiero pedir a los ciudadanos que no tengan miedo, que se acerquen, que hablen con normalidad con personas con discapacidad.

«Solo una de cada cuatro personas con discapacidad que podrían estar trabajando lo está»

La ONCE es el primer empleador del mundo de personas con discapacidad. Su presidente comenta, sin embargo, que los datos de empleo del colectivo están en España 40 puntos por debajo de los del resto de la población. «Solo una de cada cuatro personas con discapacidad que podrían estar trabajando en España lo está», precisa.

—¿Están las empresas lo suficientemente adaptadas para emplear a gente con discapacidad?

—No, no lo están. Es cierto que en España hay grandes ejemplos de compañías que contratan a personas con discapacidad, y eso hay que agradecérselo y reconocérselo, pero las empresas de más de 50 trabajadores tienen que reservar el 2 % de sus puestos para trabajadores discapacitados, y esto no se está cumpliendo.

—¿Y eso no se penaliza?

—No se trata de penalizar, sino de concienciar y motivar para que se cumpla. Es un trabajo de todos, de las empresas, pero también del Gobierno y de los sindicatos, porque pueden ser ellos en cualquier momento. Si tú mañana tienes un accidente y te quedas con una discapacidad, lo que necesitarías es que te adaptaran el puesto de trabajo para seguir siendo un buen profesional. ¿Por qué tienes que vivir de una pensión que a lo mejor no te da para vivir? Hay que aprovechar el talento, a las personas formadas.

—¿Cómo está España en comparación con otros países?

—Aquí los discapacitados hacemos vida en la calle, cogemos medios de transporte, nos mezclamos con el resto de la ciudadanía. Es normal ver un ciego por la calle. En otros lugares del mundo no lo es, es muy difícil encontrar ciegos en otras ciudades. En España hemos luchado mucho por la accesibilidad de las ciudades, de los monumentos; que la muralla de Ávila tenga una parte a la que es posible acceder con una silla de ruedas y moverte arriba como el resto de la ciudadanía, eso es difícil, y se ha conseguido. Hoy la Fundación ONCE tiene un encargo de la Unión Europea para desarrollar el Centro Europeo de la Accesibilidad, porque saben que pueden confiar en nosotros, porque de eso sabemos y estamos peleando por tener un grado de accesibilidad mayor.

—¿Qué retos hay pendientes? 

—Pues mira, muchos. España va a tener un mundial de fútbol en el 2030 y hay muchos estadios que deberían de adecuarse para que las personas con discapacidad no tengan problemas de acceso. Pensando en las personas con discapacidad estamos pensamos en todos, porque todos vamos a ser mayores y vamos a tener problemas, y van a seguir viniendo turistas mayores con problemas y eso va a hacer nuestra vida mejor. Si una ciudad es un ejemplo de accesibilidad servirá para todas las personas: para los mayores, para las madres y los padres que lleven un carrito de la compra o de un bebé, para todos. Cuando se corrige una ciudad y se adapta, se está haciendo accesible para todos, y todos vamos a ser mayores, vamos a vivir cada vez más tiempo; vivámoslo en las mejores condiciones. 

—¿Y qué hay de la educación?

—En los colegios sigue habiendo mucho acoso escolar a niños con discapacidad. En el tema de la educación deberíamos de trabajar más y mejor, y con más medios, más recursos para que la inclusión educativa pueda ser real y efectiva, que una persona con discapacidad pueda estar con el resto de alumnos, con sus hermanos, con sus vecinos, que no le sienten en el recreo apartado cuando los demás niños juegan o hacen deporte, no es justo. Y esto hay que arreglarlo poniéndonos manos a la obra y cuidando mucho aquellos que son grandes discapacitados para que tengan la mejor educación, protegiéndoles y entendiendo que hay algunas personas que no pueden ir al sistema educativo inclusivo y tendrán que tener un tratamiento especial.

—¿La tasa de abandono escolar es elevada entre la gente con discapacidad?

—Es alta en el mundo de la discapacidad en general, pero es muy baja en los ciegos, porque existe la ONCE. Nosotros tenemos un equipo de profesionales muy grande, y entre ellos hay profesionales de educación que se acercan cada día a los colegios de España para ver cómo van los alumnos ciegos, para ayudarles, para prepararles material para ayudar a los profesores, para ayudar a las familias. Y eso hace que el nivel de abandono escolar de los niños ciegos sea menor.