Observan una reducción de la nieve en el hemisferio norte

SOCIEDAD

LOLITA VÁZQUEZ

La pérdida de la capa de nieve afecta especialmente a las regiones donde proporciona agua para la población

15 ene 2024 . Actualizado a las 09:58 h.

La evolución de la nieve en el contexto de calentamiento global no está exento de ciertas contradicciones. Se trata de un fenómeno que está en retroceso y, sin embargo, en los últimos años se han producido episodios históricos. Solo hay que recordar el temporal Filomena en enero del 2021. Un estudio reciente publicado en Nature explica esta paradoja al mismo que apunta a un descenso en la cantidad de nieve disponible en el hemisferio norte.

Según el estudio, las capas de nieve estacionales en la mayor parte del hemisferio norte se han reducido significativamente en los últimos 40 años. Las reducciones más pronunciadas (entre un 10 % y un 20 % por década) se producen en el suroeste y nordeste de Estados Unidos y Europa central y oriental.

Los investigadores se centraron en saber cómo la influencia del calentamiento global en la temperatura y las precipitaciones impulsó cambios en la capa de nieve en 169 cuencas fluviales en todo el hemisferio norte entre 1981 y el 2020. La pérdida de capas de nieve significa potencialmente menos agua de deshielo en primavera para ríos, arroyos y suelos río abajo cuando los ecosistemas y las personas demandan agua.

Los autores del trabajo descubrieron que el 80 % de los mantos de nieve del hemisferio boreal que se encuentran en sus tramos más septentrionales y de mayor elevación experimentaron pérdidas mínimas. De hecho, los mantos de nieve se expandieron en vastas regiones de Alaska, Canadá y Asia Central. Sin embargo, lo que ha disminuido es el 20 % restante de la capa de nieve que existe alrededor de muchos de los principales centros de población y que les proporciona agua.

Muchas cuencas hidrográficas que dependen de la nieve se encuentran ahora peligrosamente cerca de un umbral de temperatura que se ha determinado como «acantilado de pérdida de nieve». Esto significa que a medida que las temperaturas invernales promedio en una cuenca aumentan, la pérdida de nieve se acelera incluso con aumentos solo modestos en las temperaturas promedio locales. Muchas de estas cuencas altamente pobladas que dependen de la nieve para el suministro de agua sufrirán pérdidas cada vez mayores en las próximas décadas.

El estudio concluye pidiendo la toma de medidas con anticipación para evitar la escasez de agua. Así, insisten en que los responsables no pueden esperar a que todas las observaciones coincidan sobre la pérdida de nieve antes de prepararse para cambios permanentes en los suministros de agua. «Para entonces, ya será demasiado tarde», aseguran.