Federico y Mary de Dinamarca, pletóricos en su reaparición tras la abdicación de la reina Margarita

Joaquina Dueñas MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Mary Donaldson y Federico de Dinamarca, tras la abdicación de la reina Margarita
Mary Donaldson y Federico de Dinamarca, tras la abdicación de la reina Margarita KELD NAVNTOFT | EFE

El matrimonio se ha mostrado muy sonriente en la primera recepción del año, a solo unos días de convertirse en reyes

02 ene 2024 . Actualizado a las 17:20 h.

Solo unas horas después de la sorpresiva abdicación de la reina Margarita después de más de medio siglo en el trono,  Federico de Dinamarca y Mary Donaldson han hecho su primera aparición pública en la gala que cada año ofrece la Casa Real danesa al Gobierno y a los representantes de país como parte de los festejos de Año Nuevo. El matrimonio ofreció una imagen unida y solemne a su llegada al palacio de Amalienborg, la residencia de la familia real en Copenhague. Él, con el uniforme oficial del ejército, ella, con un elegante vestido burdeos de terciopelo que ya ha lucido en otras ocasiones y que parece guardar un especial significado.

En una noche lluviosa, los futuros reyes llegaron muy sonrientes, posaron ante los fotógrafos y saludaron a las puertas del palacio. Eso sí, sabedores de que todas las miradas estaban puestas en ellos, en este primer acto público tras anunciarse la inminente subida al trono de Federico el próximo 14 de enero, no hubo ningún tipo de declaración.

Tampoco hizo comentario alguno Joaquín de Dinamarca, hermano de Federico, que llegó acompañado por su esposa Marie. Ambos viven con sus hijos en Estados Unidos y viajaron al país nórdico para pasar las Navidades junto a la familia del príncipe. Unas fiestas que se han convertido en históricas tras la decisión de la reina Margarita.

Una reina Margarita que llegaba también muy sonriente al que ha se ha considerado como su primer acto de despedida. Con un voluminoso vestido coral y abrigo de piel, eligió para la ocasión un significativo conjunto de joyas: la tiara Orange Nassau, con el collar y los pendientes a juego. La Orange Nassau es la diadema más importante del joyero real y la única reservada a las soberanas danesas mientras son jefas del Estado.

Muy significativo y comentado ha sido también el atuendo de la futura reina consorte, que parece sentar las bases de su reinado, con la sostenibilidad y en el apoyo a la industria nacional como ejes principales. Se trataba de un diseño de la firma danesa Birgit Hallstein que ha utilizado en otras ocasiones, si bien ha ido introduciendo algunas modificaciones en el cuello y en el cuerpo, añadiéndole un cinturón. La esposa del que será Federico X lució también una de sus tiaras favoritas, conocida como de Rubíes o Grosellas, de adornos florales, brillantes y rubíes, la misma que eligió para el retrato oficial de su 50 cumpleaños.

Mary se convertirá en menos de dos semanas en la primera reina del mundo oriunda de Australia. Su figura ha sido clave para la consolidación de la del heredero danés ya que antes de que ella llegara a su vida, en 1999, el príncipe era conocido por sus andanzas, algunas tan polémicas como su detención en las Navidades de 1992 por conducir a alta velocidad habiendo consumido alcohol. De hecho, su apoyo sigue siendo clave actualmente, especialmente después del escándalo que supusieron las fotografías del primogénito de la reina Margarita paseando por el madrileño parque del Retiro junto a Genoveva Casanova.

Tras las instantáneas, varias apariciones en la que se podía observar un evidente distanciamiento entre el matrimonio hicieron temer una escapada a lo Chàrlene de Mónaco de la princesa, que el 7 de diciembre viajó a Australia junto a sus dos hijos menores para refugiarse en su familia. Sin embargo, después de que Federico viajara a las antípodas para pasar unos días con la familia de su mujer, regresaron y reaparecieron cogidos de la mano. Toda una declaración de intenciones.

En mayo de este año, Federico y Mary cumplirán 20 años casados. Un tiempo en el que la australiana ha sabido ganarse el cariño de los daneses tras dejar atrás todo su mundo y su profesión para volcarse en sus funciones en la casa real de Dinamarca.