El centro que creó a la oveja «Dolly» desarrolla pollos resistentes a la gripe aviar

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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Usaron la técnica de edición genética CRISPR para proteger a los animales de la infección, pero se necesitan más pruebas

18 oct 2023 . Actualizado a las 17:16 h.

La gripe aviar está muy extendida por Asia, Europa, África y América (especialmente del Sur), lo que supone una amenaza para las especies de aves silvestres, un coste económico para los granjeros y un riesgo para la salud humana. De hecho, ya se han registrado algunas muertes tras un contacto muy estrecho con los animales.

La vacunación de las aves de corral contra esta gripe, causada por un virus de la influenza tipo A, todavía no es fiable debido a la rápida deriva antigénica de los virus de campo, además de ser controvertida por sus implicaciones políticas y económicas.

En este contexto, la edición genética CRISPR/Cas9 se puede utilizar para crear pollos parcialmente resistentes a la infección por gripe aviar, según un estudio «de prueba de concepto» publicado esta semana en Nature Communications por investigadores del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo, el mismo centro que dirigió la clonación de la oveja Dolly.

Los autores presentan una estrategia potencial para ayudar a mitigar la propagación de la gripe aviar en las aves de corral desde las silvestres. La clave está en editar o modificar genéticamente algunos genes asociados a proteínas claves en la infección. En los pollos, el ciclo vital del virus depende de una proteína huésped, denominada ANP32A. Con el objetivo potencial de crear aves resistentes al patógeno, el investigador Mike McGrew del Instituto Roslin, junto a otros científicos, editaron el gen ANP32A (que codifica esa proteína) en células germinales de los pollos (precursoras de las células reproductivas).

Así descubrieron que los pollos completamente desarrollados eran resistentes a una dosis fisiológica de exposición al virus de la gripe aviar procedente de otras aves infectadas, y mostraban una mayor capacidad de recuperación. Tras esos niveles de exposición típicos, nueve de cada diez animales no se infectaron, aunque sí lo hicieron en dosis mil veces superiores. Además, estas aves no mostraron efectos adversos sobre la salud ni sobre la productividad de la puesta de huevos cuando fueron objeto de seguimiento durante más de dos años.

Sin embargo, los autores advierten en el artículo de que se necesitan más estudios para garantizar que la salud de los animales no se vea afectada.