Stuart Sumida, paleontólogo:«Pensé que con los ordenadores mi colaboración ya no era necesaria»

Redacción LA VOZ

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

El experto en anatomía animal consigue dar vida a los personajes animados

05 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Stuart Sumida es un prestigioso paleontólogo de la Universidad de San Bernardino (California) y consultor para algunos de los estudios más importantes de animación como Walt Disney y Dreamworks. Es autor de tres libros y ha trabajado en más de 60 películas, entre ellas El rey León, Kung Fu Panda y Ratatouille. Este viernes 7 de julio participará en el congreso Mundos Digitales que se celebra en A Coruña.

—¿Cómo fue su transición paleontólogo a convertirse en consultor para estudios de animación?

—Como paleontólogo y profesor universitario, mi trabajo consiste en estudiar fósiles y deducir cómo eran los animales en la vida real. Esto tiene una gran similitud con la animación, donde no se tiene al animal real. Mi pasión por los animales me impulsa a colaborar con los artistas y disfrutar de esta experiencia conjunta ayudándoles a construir esos personajes y entender su movimiento.

—¿De qué manera logra equilibrar la precisión científica con las necesidades narrativas y creativas?

—No es una tarea fácil, pero es lo que hace que mi trabajo sea emocionante y nunca aburrido. Es importante para conseguir ese equilibrio comprender las limitaciones artísticas y encontrar soluciones que cumplan con ambos aspectos. Esto me resulta útil para enriquecer mi labor docente utilizando como ejemplo en mis clases de anatomía animal las características de una criatura o personaje animado de una película.

—¿Cómo ha evolucionado la colaboración entre la paleontología y la animación?

—A lo largo de los años, he presenciado numerosos cambios en mi trabajo como asesor en estudios de animación. Mi primer proyecto fue La Bella y la Bestia en 1989, donde trabajamos con animación dibujada a mano y nos enfocamos en la forma del cuerpo. Con la llegada de los ordenadores, participé en la primera película totalmente computarizada llamada Cats and Dogs. Pensé que mi trabajo podría no ser necesario, pero me equivoqué. Mis conocimientos sobre la estructura de los esqueletos hicieron que mi labor fuese más demanda.

—¿Qué aspectos clave de la anatomía animal considera fundamentales transmitir a los animadores?

—Uno de los desafíos que enfrento es trasladarles la importancia de comprender que no todos los músculos y huesos tienen la misma forma en todos los cuerpos. Se pasa por alto la consideración de elementos superficiales como la grasa, la piel y el pelo, lo que puede resultar en una colocación incorrecta del esqueleto y afectar el movimiento y la apariencia del personaje. Por ello, es fundamental que los animadores tengan en cuenta estos aspectos para lograr personajes más realistas.

—¿Qué descubrimientos recientes en su campo considera más relevantes para la animación?

—Uno de los avances más emocionantes es el conocimiento gradual sobre cómo vuelan los animales. Además, hemos descubierto que muchos dinosaurios tenían plumas, un hecho que hemos conocido desde el año 2000. Sin embargo, no fue hasta la última entrega de la franquicia Jurassic que se representó esta característica. Esto permite crear animaciones mucho más realistas y convincentes.

—¿Cuál ha sido su colaboración más memorable con un estudio de animación?

—He disfrutado todas mis colaboraciones, pero si tuviera que elegir una sería El Rey León. Fue la primera vez que una película en la que trabajé ganó un Premio de la Academia, aunque no fue solo mi premio, sino el de todos los involucrados. Sin embargo, lo más gratificante es cuando veo una película en la que trabajé y a mis hijos les gusta. Esa es la mejor recompensa.

—¿Cuáles son sus proyectos?

—Quiero seguir investigando y colaborando en labores que combinen estas dos áreas que tanto me emocionan. No puedo hablar sobre los proyectos que actualmente están en proceso pero uno de los últimos en los que participé es una serie de televisión llamada Jane, en la cual una niña de nueve años se esfuerza por salvar a los animales en peligro de extinción.