Manu Cancela, estanquero: «La guerra está en que la gente no empiece a fumar innecesariamente»

La Voz

SOCIEDAD

José Manuel Cancela en su estanco de Lugo en una imagen de archivo
José Manuel Cancela en su estanco de Lugo en una imagen de archivo DOLORES CELA

06 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

José Manuel Cancela Barreiro regenta el estanco Rama, en el barrio Sagrado Corazón, de Lugo, y representa al sector en la provincia. De sus opiniones se desprenden dos ideas claras: respeto máximo a las decisiones soberanas de los adultos y protección absoluta de los menores. Explica que desde la Asociación de Estancos de España hacen sus aportaciones para que «la gente que fume esté totalmente informada de lo que está haciendo y cuáles son los riesgos». A su juicio, «ahí está la guerra, para que la gente no empiece a fumar innecesariamente», aunque admite que la legislación española tiene «carencias» porque «es antigua y ha habido muchas modificaciones, muchos elementos nuevos que no están recogidos en ningún sitio». Entiende que «el Gobierno tendrá que buscar un consenso» y afirma que los estanqueros como colectivo no están «en contra de legislar» ni de que «el Estado haga cosas», aunque destaca que sobre las futuras leyes del tabaco y de salud, a día de hoy ellos no saben «absolutamente nada».

En cuanto al sector propiamente dicho, destaca todos los esfuerzos de diversificación que están haciendo en los puntos de venta y percibe una situación de cierta estabilidad en la que la caída de las ventas se compensa parcialmente con la subida de los precios. Defiende su utilidad para dar servicio a «una persona mayor de edad, alguien que dentro de los gustos que tiene o esos vicios adquiridos que ha tenido en su vida ahora mismo esté dentro del tabaquismo», para que, «mientras lo desee y quiera, tenga un lugar donde abastecerse según sus gustos y decisiones». Por eso defiende también los puntos de venta con recargo, que en la práctica son fundamentalmente las máquinas de los bares, porque siempre dependen de un estanco y en otros lugares de Europa están interesados en copiar el sistema. Insiste en que mantiene la venta de tabaco «en un sitio exclusivo con unas normas muy muy explícitas», las que operan en su gremio. «Como un estanquero incumpla alguna norma, son 12.000, 24.000, 36.000 euros. Si te pasas de listo te puede caer una buena. Aquí no hay multas administrativas de 600 euros», sentencia.