Hallan en Castellón una nueva especie de espinosáurido

jon garay COLPISA

SOCIEDAD

El ejemplar descubierto es similar al gigante que mata al T-Rex en la película «Parque Jurásico 3»

18 may 2023 . Actualizado a las 18:22 h.

 «La península ibérica tiene mucho que ofrecer en el campo de los dinosaurios», asegura Erik Isasmendi, paleontólogo de la UPV/EHU especializado en espinosáuridos, un «depredador de tamaño medio grande» que vivió hace algo más de cien millones de años. Lo dice precisamente en relación al último hallazgo de los restos fósiles de una nueva especie de este tipo de dinosaurios en Castellón, tal y como publicó este jueves Scientific Reports. El descubrimiento sitúa a la península a la cabeza en cuanto a restos de estos carnívoros, puesto que es aquí donde se han encontrado cinco de las quince especies que se conocen -el resto están en Inglaterra (3), en África (3), en América (3) y en Asia (1)-.

Un ejemplar de espinosáurido fue el que acabó con el tiranosaurio rex en la tercera parte de Parque Jurásico. Cuando este último estaba persiguiendo al doctor Grant y compañía, una bestia todavía más grande dotada de una imponente vela dorsal acaba con la vida del más popular de los dinosaurios. Pero se trata de una licencia dramática.

Morro como los cocodrilos

Es cierto que algunas especies de espinosáuridos fueron más grandes que el T-Rex y los restos encontrados en África apuntan a que medían catorce metros de largo, frente a los trece de su rival en la película del año 2001, pero de ahí a enfrentarlos como se hizo en la gran pantalla... «Llevaban una vida semiacuática y se alimentaban básicamente de peces», explica Isasmendi. De hecho, no está claro ni siquiera que hubieran comido tortugas y cocodrilos por la dureza de los caparazones y de la piel.

La nueva especie ha sido bautizada con el nombre de Protathlitis cinctorrensis, algo así como «campeón de Cinctorres», por el municipio castellonense donde se han encontrado sus restos: un hueso de la mandíbula derecha, un diente y cinco vértebras. Estudiando estos, el paleontólogo Andrés Santos-Cubedo y su equipo han concluido que el ejemplar mediría entre diez y once metros y habría vivido hace unos 127 millones de años, en el Cretácico inferior. Esta sería la quinta especie encontrada en la Península. Los restos más completos se encontraron el año pasado en el yacimiento riojano Virgen del Villar-2: un brazo casi completo que terminaba en tres formidables garras de diferentes tamaños, huesos del cráneo, dientes, elementos del esqueleto, partes de la pierna y restos de la pelvis.

La característica más llamativa de estos depredadores, según el experto de la Universidad del País Vasco, «era un morro alargado, similar al de los cocodrilos, con unos dientes cónicos» más pequeños que los del mencionado tiranosaurio. Los renovaban muy a menudo y se cree que un ejemplar podía desarrollar hasta tres generaciones del mismo diente, lo que explicaría por qué se han encontrado tantas piezas dentales. Imponentes también eran sus garras, algunas de hasta 31 centímetros.