Galicia se prepara para entrar en una nueva fase de la pandemia

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

CARMELA QUEIJEIRO

Ante una alta cobertura vacunal y variantes del covid-19 más transmisibles pero menos virulentas, el control se centraría en los casos graves y en los focos de riesgo, como hospitales y residencias

12 feb 2022 . Actualizado a las 08:31 h.

«Ahora es el tiempo en el que todos los servicios técnicos, servicios de vigilancia y comités estamos analizando cuál sería este nuevo contexto y cuáles serían los sistemas de vigilancia y medidasde prevención adecuadas». El nuevo contexto al que se refiere Pilar Farjas, facultativa y miembro del comité clínico, es el fin de la sexta ola, que consolida su tendencia al descenso en Galicia, y la entrada en una nueva fase de la pandemia: la cobertura vacunal es muy alta, hay una clara evidencia de que protege de la mortalidad y la gravedad, y los linajes del coronavirus son más transmisibles pero menos virulentos.

«La evidencia nos dice que va hacia ahí», con la variante ómicron dejando un ritmo de contagio nunca visto —de hecho se han diagnosticado 3.680 casos en las últimas 24 horas y hay todavía 48.835 casos activos— pero con tasas de hospitalización mucho más bajas, hasta diez veces menores que en otras olas y que dejaban ayer 669 ingresados, de los que 44 están en la uci.

Eso, a pesar de que la ocupación en planta de Ourense está en riesgo alto, según la última actualización del Ministerio de Sanidad, que ha colocado la provincia en nivel de alerta 3, mientras mantiene el resto de Galicia en nivel de alerta 2. Ourense supera, junto con A Coruña, las cien camas de planta ocupadas por pacientes con coronavirus, aunque el 40 % de los hospitalizados en Galicia ingresaron a causa de otra patología y resultaron ser positivos en covid-19.

«No es tanto qué hacer hoy sino qué debemos trabajar hoy para que dentro de uno, dos o tres meses podamos decidir que lo importante ya no es el seguimiento y registro exhaustivo de casos leves, sino el de casos graves y que puedan requerir ingreso». Pilar Farjas explica que la vigilancia debe extremarse en entornos de riesgo, como centros hospitalarios y residencias de mayores, y la vigilancia poblacional «se puede hacer a través de muestreos y sistemas centinela» y con mecanismos que se han mostrado muy eficaces y sensibles en el control de otras patologías de transmisión aérea, como la vigilancia de la situación en urgencias.

«Ese tipo de indicadores son los que vamos a tener que utilizar» y así, dejar a un lado el «rastreo exhaustivo», en un contexto de infección mayoritariamente asintomática o con cuadros de carácter leve, con menor tasa de hospitalización y con hasta 16 menos mortalidad que en anteriores olas, aunque el Sergas notificó este viernes siete nuevos fallecimientos, con lo que desde el inicio de la pandemia han muerto ya un total de 3.022 personas.

«Hablo de grupos de mayor riesgo, y los de mayor riesgo son los no vacunados», subraya Farjas. Por eso han implantado medidas como el uso del certificado covid para la realización de diversas actividades, una medida que se ha prorrogado al menos otras dos semanas y que es posible que se mantenga un tiempo en ciertos ámbitos, como el hospitalario y el de las residencias, que seguirán siendo un «foco de máxima protección», mientras la normalidad se implantará en otras esferas.