«Bajo control», las hazañas de una ministra de exteriores en crisis

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

PLATA O PLOMO

«En política, la elección de las palabras es tan importante como en literatura», asegura el coguionista Charly Delwart

09 abr 2024 . Actualizado a las 09:26 h.

La vida tiene a veces, giros inesperados. Y bajo esa premisa comienza la trama de Bajo control, la nueva serie francesa de seis episodios de treinta minutos, que llega a Filmin. En ella la popular y carismática líder de la oenegé Médicos por el mundo, Marie Tessier, a la que da vida la actriz Léa Drucker, se convierte en ministra de Asuntos Exteriores en Francia.

Un día, mientras está en el baño, el presidente de la República Francesa (Laurent Stocker) la llama para que sustituya, sin dejarle más opción, al ministro de Asuntos Exteriores. Recién aterrizada al poder, Marie se enfrenta a su primera gran crisis: cinco europeos, entre ellos dos franceses, han sido tomados como rehenes por un grupo de terroristas en el Sahel. Convirtiendo el problema en un asunto personal, Marie cruza rápidamente todas las líneas rojas e intenta dar la impresión de que todo está bajo control.

«Toda la política es una crisis perpetua», explica el coguionista Charly Delwart. «Quería contar el caos que hay tras esa imagen que todos tenemos en mente de rehenes liberados llegando a la base militar de Villacoublay en París. Sirve también para ver hasta qué punto las decisiones políticas afectan a nuestras vidas».

A medio camino entre Parliament, Veep y El ala oeste de la casa blanca, Delwart combina excentricidad y naturalismo: «Muchas escenas están inspiradas en anécdotas que me contó un asesor del Quai d'Orsay. No se trataba de caer en el tópico toda la política está podrida, sino de entender la complejidad de sus funciones. Las paradojas que se dan en una situación de crisis como una toma de rehenes es una golosina para la ficción. Existe un principio de los políticos que dice así: cuánto menos sepan los ciudadanos, mejor podremos gestionarlo. Es el momento de mayor comunicación y, aún así, no se puede filtrar nada. (…) Esta contradicción se revela a través del lenguaje, que está plagado de trampas. Por ejemplo, me encantó esta frase de Pasqua: ‘‘Debemos aterrorizar a los terroristas''. En política, la elección de las palabras es tan importante como en literatura», añade.