Se vende en Santiago por 480.000 euros la casa histórica donde vivió el pintor Eugenio Granell

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

El artista pasó su infancia y adolescencia en el número 6 de la Caldeirería, a la que consideraba como «a súa rúa». La casa, «de fachada imponente» y vistas traseras hacia la Catedral, cuenta con tres plantas

03 abr 2024 . Actualizado a las 20:41 h.

Una placa situada en la fachada del número 6 de la rúa da Caldeirería, en el corazón del casco antiguo de Santiago, recuerda que en ella vivió durante sus primeros años, y junto a su familia, el artista Eugenio Granell. El pintor residió allí desde que nació, en 1912, y hasta 1928, cuando, con 16 años, se trasladó a Madrid. Ahora, casi un siglo después de que la dejase, el inmueble vuelve a ser noticia al ponerla sus actuales dueños a la venta, por 480.000 euros.

«Fue en noviembre del 2023 cuando publicamos el anuncio. Desde entonces ya despertó la curiosidad de varios interesados, aunque, por el momento, no hay nada cerrado», señalan desde la inmobiliaria Engel&Völkers, poniendo en valor, tanto el dato histórico de que en ella residiese uno de los grandes representantes de la pintura surrealista junto a sus cuatro hermanos -entre ellos, el también destacado pintor y poeta Mario Granell-, como la propia estructura del inmueble.

La casa, «de fachada imponente», dispone de 257 metros cuadrados, divididos en tres plantas. Junto al portal, hay un pequeño bajo comercial, que durante años estuvo ocupado por una tienda de ropa de bebés con escaparate hacia la calle, y, otro espacio, antaño almacén, también ahora disponible. Una escalera central se eleva hacia las tres plantas. En una primera se sitúan dos habitaciones. En la segunda están la cocina, el cuarto de baño y un salón, que cuenta con fachada y dos balcones hacia la calle. En la tercera planta se localizan otras dos estancias, una que da hacia la Caldeirería, con una galería, y otra orientada hacia la parte trasera, que ofrece «unas vistas destacadas» de la Catedral.

Desde Engel&Völkers también subrayan el «precioso lucernario en el tejado, que llena de luz las escaleras». La inmobiliaria aclara que miembros de la familia propietaria hacían, hasta hace poco, uso de la vivienda. «Necesita una reforma, pero es habitable. En la parte de atrás cuenta también con un pequeño patio», añaden, incidiendo en que su ubicación, a escasos cinco minutos a pie de la Catedral, es otro de sus grandes reclamos.

Cedida por Engel&Völkers

A Calderería, la «rúa» de Eugenio Granell

La Fundación Eugenio Granell, creada en 1995 en el Pazo de Bendaña, en la praza do Toural, a la que el pintor cedió, además de su propia obras, sus colecciones de artistas surrealistas, subraya el vínculo que siempre unió al reconocido artista a Santiago. El pintor quiso, de hecho, que su legado permaneciera en Compostela, ciudad donde vivió desde pequeño. «Él nació en A Coruña, pero eso fue algo circunstancial. En esos primeros años del siglo pasado distintas familias de la provincia de A Coruña con hijos varones iban a dar a luz a A Coruña o Ferrol, donde niños nacidos en ellas libraban del servicio militar gracias a la donación de fondos por parte de la Fundación Amboage, impulsada por el marqués de Amboage. Al poco de nacer, Eugenio Granell estaba en Santiago», explican desde la Fundación, rescatando párrafos de su libro Memorias de Compostela, que muestran el gran recuerdo que el pintor tenía tanto de su ciudad como de la calle donde creció, A Calderería.

«Para Eugenio Granell A Caldeirería era a ''súa'' rúa, tendo polo tanto un sentido de pertenza con ela. Nesa rúa, que no seu tempo xa non estaba poboada por caldeireiros, se non por distintos negocios, ofrecíanse un amplo abano de mercancías, sendo a maioría dos que vivían alí comerciantes, coas súas familias. A do pai de Granell era unha tenda de roupa e xoguetes, na mesma rúa», señalan desde su Fundación.

«Granell non esquecía que a rúa tiña de todo: había unha panadería ao carón da casa de Granell, situada na esquina da Fonte Sequelo, a cal chamaban Pampina por ser Pampín o nome da familia», prosiguen relatando desde la Fundación, citando los otros negocios que pervivieron en el recuerdo del pintor, como una tienda de huevos, la farmacia, «unha funeraria cun pequeno féretro infantil exposto no escaparate, ornamentado con pinturas de colores que representaban cabezas de querubíns e orlas florais», el comercio de un «latoeiro», una sucursal de banco, una relojería, los conocidos almacenes de Garabal o un estudio de fotografía. «A familia Granell era moi afeccionada a ese arte, tendo fotografías cos seus retratos colgadas nas paredes da casa da Calderería», prosiguen.

«Nas súas Memorias de Compostela, o pintor lembra que esa rúa estaba pavimentada con grandes lousas de granito, de un metro por cincuenta centímetros aproximadamente, de gran grosor todas elas. Granell tamén recorda o medo que lle causaba a gran canle pola que se filtraba a auga das chuvias entre as lousas centrais da rúa, imaxinando que esas pedras con buracos deberon sufrir puñaladas formidables», añaden.  

Desde la Fundación Eugenio Granell destacan la gran impronta que todas esas vivencias infantiles tuvieron en el artista. «Nun escrito lembraba como desde as xanelas e os balcóns da rúa da Caldeirería, e desde a rúa mesma, podían presenciarse os desfiles... O desfile de todos os desfiles. O máis rexoubeiro animador e animado era o das comparsas dos Cabezudos e dos Xigantes», detallan. «Esa rúa foi o primeiro recordo que Eugenio Granell tiña de Santiago», constatan.