La peregrinación de veinte amigos desde Oporto: la compostela y un perro en adopción

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

M.G.I.

Encontraron a Bob haciendo el Camino y ahora se irá a vivir con uno de ellos a Andalucía

01 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos Villabrille, de Cádiz, convenció a sus compañeros de estudios de Fisioterapia en Granada y a sus amigos del pueblo para disfrutar de la Semana Santa haciendo el Camino de Santiago. Y con esa intención partieron los veinte el lunes en Oporto. Pero ayer cuando alcanzaron la Praza do Obradoiro sumaban veintiún integrantes. Y es que en la etapa entre Redondela y Pontevedra, el Jueves Santo, un nuevo miembro se sumó al grupo y ya no lo abandonó: Bob. Así fue como «bautizaron» al perro que encontraron con claras señales de abandono, hambriento y mojado.

Y es que Bob —le pusieron el nombre en alusión a Bob Marley por el pelo que tenía— los conquistó a todos tras no abandonarlos durante toda la etapa kilómetros tras kilómetro y con sus manifestaciones de alegría pese a que su estado de salud no era bueno. A partir de ahí, la peregrinación de estos jóvenes comenzó a estar marcada por las necesidades de este nuevo integrante del grupo. Primero le compraron ropa y un trasportín. Buscaron un veterinario, pero no encontraron ninguno al ser festivo, así que decidieron lavarlo y cortarle el pelo para que pudiese dormir con ellos a los albergues, donde también tuvieron que afrontar nuevos gastos para darle cabida.

Que viera a Bob un profesional no lo lograron hasta el sábado, cuando al llegar a Padrón y ver que había fiesta, decidieron tomar un taxi hasta O Milladoiro donde sí había un servicio abierto. El veterinario les dijo que el animal carecía de chip y tendría unos dos años. Otro peregrino se ofreció a adoptarlo abonando también gastos, pero lo rechazaron. La decisión estaba tomada: uno de los integrantes del grupo, Carlos Ramón Fernández, asumirá su cuidado a partir de ahora.

M. G. I.

Y cuando parecía que ya la etapa final sería la más fácil, estos veinte amigos tuvieron aún que hacer algo más por Bob: a falta de menos de ocho kilómetros para Santiago fue atacado por un mastín. La ropa que llevaba puesta y el hecho de que cinco de los jóvenes se abalanzaron sobre el perro de gran tamaño, le salvó la vida y de sufrir daños. Hoy, a Bob le espera una nueva cita veterinaria para el chip y vacunas antes de emprender viaje a tierras andaluzas. Los veinte amigos, se van con la compostela y un perro en adopción. Si con su acción quieren destacar algo, explica Carlos Villabrille, es la importancia que tiene la adopción de este tipo de animales. Los veinte compañeros no escatimaron gastos en busca del bienestar del animal.