Un documental sobre el Baco de Cándido Pazos, uno de los más aplaudidos en Canadá

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Cedido

El embajador de España presentó el filme sobre la obra del escultor compostelano en el Festival de Cortometrajes de la UE

08 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«La mano de Baco» es una escultura de bronce de 5.000 kilos creada por el escultor compostelano Cándido Pazos y que actualmente se exhibe en el Museo Vivanco de la Cultura del Vino, en La Rioja. Todo el proceso de diseño y creación de la pieza se recoge en el documental «La mano de Baco», escogido para representar a España en el XI Festival de Cortometrajes de la Unión Europea, que se celebró el pasado fin de semana en Ottawa, la capital de Canadá. El encargado de la presentación fue el embajador de España en aquel país, Alfredo Martínez Serrano, que unos días antes animaba a quienes estuvieran por Ottawa a asistir a la proyección del corto. El escultor comenta que «La mano de Baco» fue una de las proyecciones más aplaudidas del festival, «algo que me comentaron y que me produce una gran satisfacción». Cándido Pazos explica que el corto original tenía una duración de unos treinta minutos, pero para su presentación en el certamen tuvo que hacerse un montaje distinto, reduciendo el metraje a 12 minutos. El original ya fue premiado hace ocho años en París, y ahora Pazos se muestra «satisfecho y sorprendido» con la elección. Reconoce que la noticia fue «un soplo de aire de fresco, un soplo de juventud» para seguir creando. La película recoge «todo el proceso de creación de principio a fin», y narra la historia con la música de Carlos Núñez como fondo. En el trabajo se contó, asimismo, con parte del equipo técnico de Pedro Almodóvar. Cándido Pazos se muestra agradecido por la presentación que hizo en el festival el embajador de España en Canadá. Recuerda que, precisamente, alguno de los encargos que recibió desde la Casa Real coincidió en parte con la etapa en la que Alfredo Martínez prestó sus servicios como jefe de protocolo de la misma. Ahora el escultor vive en su casa de Vedra, «tranquilo, pero con múltiples trabajos pendientes y en marcha para estar ocupado durante los próximos 20 años. Dicen que, por si acaso, hay que tener mucho trabajo para alejar a la muerte», ironiza el escultor. Pazos reconoce que «estar rodeado de los verdes» de Galicia le aporta energía y vitalidad: «No hay un lugar mejor para vivir y crear». Además de seguir produciendo piezas escultóricas, ocupa su tiempo en el cuidado de una gran colección de camelias en su finca próxima al Ulla. Actualmente tiene en marcha, y casi culminados, un par de trabajos. «Son encargos de los que no se puede aún contar mucho», explica, pero de los que promete hablar con detalle en las próximas semanas. No hay ninguna duda de que Cándido Pazos volverá a sorprender con nuevas y maravillosas obra de arte. Estaremos muy atentos.