Antón de Vicente, centrocampista del Compos: «Si logramos ganar fuera de casa contra un rival que está ahí...»

SANTIAGO

B. Fernández

Llama la atención sobre la fortaleza local del Coruxo y su caudal ofensivo

03 abr 2024 . Actualizado a las 21:16 h.

Antón de Vicente (Vigo, 1989) recaló esta temporada en San Lázaro después de una década en el Coruxo. Aceptó el desafío de un nuevo proyecto y reconoce que las cosas no están saliendo como esperaban. Pero, a pesar de todas las dificultades y los sinsabores, se muestra convencido de que aún hay tiempo para escribir un buen final de campaña y acabar con mejor cuerpo.

—La primera apunta al pasado. El Coruxo es un clásico de la categoría. ¿Cómo lo consigue?

—Es un club muy humilde, que conoce muy bien sus limitaciones y aprovecha los recursos al máximo para sacar cada temporada adelante. Creo que la clave de permanecer tantos años es la forma de trabajar. Y, los años en los que aciertan en los fichajes, mirar hacia arriba, incluso jugar por el ascenso, como hace dos años.

—Y vuelven a estar ahí, cerca.

—Así es. Ha demostrado que es un equipo de rachas. Empezaron mal, luego estuvieron muchos sin perder, sacando muchos puntos. Pasaron otra muy negativa. Y ahora vienen otra vez en racha. Esperemos romperla. Nuestra victoria el domingo fue muy importante, también por la forma de jugar y las sensaciones.

—¿Podría abundar?

—Creo que la sensación es que con balón nos sentimos cómodos. Es uno de los mejores partidos que tuvimos en casa. Sobre todo, la distancia entre jugadores y entre líneas, más cerca unos de otros. Defendimos muy compactos, muy juntos, con muchas ayudas. Eso te permite que, si eres capaz de robar, tengas un pase cercano, de seguridad. A la hora de robar, tener las ayudas más cerca te ayuda a recuperar más balones. Otras veces parecía que no llegábamos.

—Pero sigue faltando ese partido redondo que catapulte la confianza.

—Venimos de una temporada con tres entrenadores distintos, métodos diferentes, parcela física distinta... Hay que adaptarse a cada uno lo más rápido posible, pero la inmediatez no existe en el fútbol. Con Antón creo que hemos dado un paso importante, tras un partido muy duro contra el Cayón. No fue redondo, porque el Guijuelo también dispuso de sus ocasiones. Pero dejó buenas sensaciones, con muchos momentos de control del juego por nuestra parte, algo que no nos solía pasar. Se acerca un poco más a lo que queremos y lo que nos pide.

—¿Cómo se explica un sopapo como el de Cayón y después una victoria ante un rival que llegaba en su mejor momento?

—Es lo bonito del fútbol y muchos deportes, cada semana es una oportunidad de reivindicarte. En Cayón la derrota fue muy dolorosa, con fallos que nos perjudicaron. Pero en el primer tiempo, yo estaba en el banquillo y así lo vi, la sensación era que podíamos ponernos por delante. Tuvimos ocasiones para ello. Pero cometes un error, te meten el primero, cometes otro y el segundo. Es era ya una losa muy grande. Con 2-0 ya se veía difícil. A nivel visual, los gestos ya estaban en modo de estar sufriendo. La semana de Cayón se entrenó muy bien. Tocaba reponerse. Salió bien. Lo que nos hace falta es conseguir victorias consecutivas. Si logramos ganar fuera de casa contra un rival que está ahí... Son muchas semanas sin ganar fuera.... Puede ser el paso, aunque aún queda mucho.

—Solo han sido capaces de encadenar tres triunfos en una ocasión. Es muy poco para aspirar a estar arriba.

—Nos ha faltado esa regularidad. Y en esta categoría, si eres irregular lo tienes muy difícil. Siempre hay uno, dos o tres que encajan poco y aprovechan sus ocasiones. Son regulares, sólidos atrás y marcan... Si fuera no vas bien, en casa tienes que ser imbatible. Y, aunque los números no son malos en San Lázaro, se nos han escapado puntos.

—¿Qué Coruxo espera encontrar este domingo en O Vao?

—Un equipo que está muy fuerte en su casa. Al final te acaba generando muchas ocasiones, por su forma de jugar, con individualidades que ahora están en un buen momento como Davo, Pitu Añón, Mateo ya recuperado. es un bloque que también defiende. Pero les podemos hacer daño. Somos capaces de someter al rival y, al igual que ellos, tenemos buenas individualidades. Espero un partido bonito, de ocasiones. El que cometa menos errores se llevará los puntos.

«Nos está faltando ser regulares, dar con esa forma de jugar que a todos nos satisface»

El Compostela empezó entre los firmes candidatos a pelear por el ascenso. Pero llega a la recta final del campeonato sin haber conseguido velocidad de crucero, viendo como se consumían las expectativas, aunque todavía está en una encrucijada.

—¿Cómo se sobrelleva, a nivel mental, una temporada tan atribulada y falta de alegrías?

—Es complicado. El peso de la responsabilidad, cuando echan a un entrenador, al futbolista le hace mucho daño. Se leen, se escuchan cosas. Cuando firmas por un club lo sientes como propio, hablo a nivel particular. Todos vinimos con la esperanza de una temporada bonita, de estar arriba. Al final, con el paso de las jornadas, ves que esas expectativas se reducen, hay cambio entrenador, luego la dimisión de Míchel... El fracaso lo sientes como propio. Nos está faltando ser regulares, dar con esa forma de jugar que a todos nos satisface. Veo todos los partidos repetidos y parece que no damos el nivel. Si embargo, nos ves entrenar y dices que tenemos un gran equipo. Cada semana es una oportunidad y nuestro deber es reponernos. Creo que aún estamos a tiempo de arreglar muchos males.

—Restan cinco jornadas y lo mismo pueden soñar que vivir una pesadilla o moverse en tierra de nadie.

—Por eso nuestra mentalidad es empezar una liga desde la llegada de Antón y ahí intentar ser los mejores. Ahora mismo estamos en un buen escenario, con una buena sensación. Pero hay que refrendarlo. A ver si somos capaces de hacerlo en Coruxo.